El INTA alertó por la probable aparición de esta enfermedad hacia fines de noviembre en Córdoba y La Pampa. Los especialistas detectaron una presencia mayor de Delphacodes kuscheli (Chicharrita de Mal de Río Cuarto), que causó serios daños hace un par de años en el cultivo de maíz.

El comunicado del INTA encendió las alarmas entre los productores maiceros de las provincias de Córdoba y La Pampa. De acuerdo con un modelo matemático desarrollado por ellos para predecir la evolución de la población de Delphacodes kuscheli, la “chicharrita” conocida por ser vector del virus responsable de la enfermedad bautizada como “Mal de Río Cuarto”, el sur de Córdoba podría verse altamente afectado hacia finales de este mes.

Recordamos que en Río Cuarto esta enfermedad que ha generado epidemias de gran impacto productivo y económico en varias campañas previas. Sin embargo, su impacto no se circunscribe a esa zona y, por el contrario, la presencia de la chicharrita ya se ha extendido hacia otros departamentos.

Algunos ingenieros aseguran que la plaga nunca se fue, siempre estuvo en los establecimientos, pero con baja población. Cabe aclarar que la mayoría de los materias disponibles son tolerantes ,pero se deben tener ciertos recaudos.

El Mal de Río Cuarto “ocasiona importantes pérdidas productivas cuando el virus es transmitido en los primeros estadios de crecimiento del maíz. Esto ocurre habitualmente cuando las chicharritas migran desde avenas pastoreadas y, en menor medida, cereales de invierno, forrajeras perennes y gramíneas de crecimiento espontáneo. Las poblaciones de chicharritas se incrementan considerablemente cuando durante el invierno se presentan períodos de altas temperaturas y una baja ocurrencia de precipitaciones”, explicaron desde INTA

De esta forma, el modelo predictor alimentado por variables como las temperaturas mínimas, máximas y las precipitaciones ocurridas en el invierno, en cada una de las localidades de la estudiada, se ha vuelto clave.

“Al al 30 de noviembre del 2023 arrojó un probable nivel de población del vector: bajo en orden decreciente para las localidades de Huinca Renancó, Chaján, Gral. Pico y Santa Rosa; moderado para la localidad de Bulnes; alta en Río Cuarto (SMN y Pegasus), Adelia María”, anticiparon los especialistas.

Por otra parte, señalaron que ya se están realizando estudios de infectividad en condiciones controladas, con vectores en cereales de invierno presentes a campo en cada una de las zonas estudiadas.

Consideró que “lo principal es evitar que coincidan los momentos de alta presencia del vector con los primeros treinta a cuarenta días de sembrado el cultivo de maíz». «Si esto no es posible, porque los productos tienen una alta cantidad de hectáreas a sembrar con las maquinarias disponibles, recomendamos el uso de híbrido es de reconocida y probada tolerancia a la enfermedad del Mal Río cuatro. Hay una amplia oferta en cada uno de los semilleros”, explicó Aníbal Salomón, coordinador del proyecto local denominado «Mal de Río Cuarto, Estrategias diferenciales en el cultivo de maíz frente a la enfermedad Mal de Río Cuarto en el sur de Córdoba y norte de La Pampa».

En segundo lugar, indicó que es clave realizar un manejo adecuado para evitar un estrés en la planta que retrase su crecimiento. “Cualquier factor de estrés que predisponga a un menor crecimiento aumenta las probabilidades de ocurrencia de la enfermedad: déficit hídrico, mala nutrición, baja temperatura en los primeros estadios vegetativos del cultivo, malezas, compactaciones, encharcamientos, defoliación, ya sea por granizo y o insectos”, precisó el especialista.

Reflexionando sobre esta enfermedad que afecta al cultivo, afirmó que “el uso de insecticidas sistémicos en semillas disminuye o mitigan en algo la enfermedad, ya que quitan un poquito la presión de inoculo. La mayoría de la de las semillas ya viene tratada con un insecticida sistémico. En algunos momentos funciona, pero en la mayoría no, y sobre todo cuando la cantidad de Vectores es alta no alcanza a disminuir el inoculo lo suficiente”.

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