El Ministerio de Salud confirmó que este año se incrementaron notablemente los casos de bronquiolitis respecto a los niveles de prepandemia. ¿Quiénes son los menores considerados de alto riesgo y cómo reducir las posibilidades de infecciones respiratorias?

Esta enfermedad, que afecta las vías aéreas inferiores o bronquiolos, ataca en especial a los más pequeños, y es la causa más frecuente de internación en chicos menores de un año.

La doctora Elisa Hidalgo (MP: 37827), pediatra del Instituto Médico Río Cuarto, explicó que esta enfermedad “es una infección respiratoria que afecta a los niños menores de dos años”. Señaló que “provoca una obstrucción en la vía aérea inferior al nivel de los bronquiolos lo cual provoca en el niño dificultad para respirar”. Agregó que al hacer una obstrucción bronquial lo que hace es producir tos seca y sibilancias.

La médica indicó que el virus que mayormente produce la bronquiolitis es el sincicial respiratorio (VSR). Advirtió que hay que prestar especial atención porque los cuadros de esta enfermedad se agravan cuando el niño es más pequeño, fundamentalmente en menores a 6 meses. “Y dentro de ese grupo, los de mayor riesgo son los menores a tres meses de vida”, alertó.

Síntomas

Manifestó que los principales síntomas son la mucosidad nasal, tos, catarro, respiración más rápida (taquipnea) y aumento de tos, respiración ruidosa con silbidos (sibilancias), el niño se agita fácilmente, hundimiento de las costillas al respirar, dificultad para alimentarse o para conciliar el sueño, labios azulados o piel muy pálida y fiebre con temperatura mayor a 38°C.

Como no existe un medicamento para esta enfermedad, lo recomendable es llevar adelante una serie de hábitos que permitirán cuidar al bebé. En este marco, la pediatra Elisa Hidalgo aconsejó que para prevenir la bronquiolitis hay que “tratar de evitar que los niños menores de dos años y fundamentalmente los menores de un año, estén en contacto con personas enfermas”, también remarcó que “hay que ventilar los espacios, usar alcohol en gel y lavarse bien las manos cuando uno va a estar en contacto con el niño”.

Por otra parte, remarcó que “otros de los factores protectores son el esquema de vacunación completo acorde a la edad y la lactancia materna, ya que ayuda mucho como medida preventiva”, fortaleciendo las defensas del bebé.

Tratamiento

Al no existir tratamientos para el virus (no hay jarabes ni antibióticos), es fundamental controlar que el compromiso respiratorio no afecte la oxigenación normal y asegurarse de que el bebé pueda alimentarse e hidratarse lo suficientemente bien, pese a la dificultad respiratoria.

La pediatra señaló que ante una bronquiolitis se realiza lo que se llama “un tratamiento de sostén”. Explicó que como son virus, una vez que entran en el cuerpo del bebé cumplen un ciclo. El cuadro dura más o menos entre 5 a 7 días, con un máximo de 15 días.

“El problema es que, al no haber una medicación específica para ese germen, lo que se hace es un tratamiento de sostén, a través del cual uno va tratando de compensar todo lo que el cuadro va produciendo. Si el niño tiene dificultad respiratoria se verá si es leve, grave o severa y si es leve se puede quedar en casa manteniéndolo bien hidratado, ocupándose que logre alimentarse, dormir y respirar de la mejor manera posible”, detalló.

En cambio, “si el bebé tiene una dificultad respiratoria más importante en donde le cuesta alimentarse, respirar, se le marcan las costillitas y una tos muy persistente, como así también se puede observar que en algunos casos hay un cambio de coloración y los labios se ponen azulados, hay que internar al paciente porque en esos casos lo que necesitan es oxígeno que es el mejor broncodilatador”, precisó.

Respecto a los niños que pueden quedarse en casa durante el tratamiento hay que preocuparse para que tenga liberada la zona aérea y contó que en algunos casos suele medicarse un broncodilatador que es el Salbutamol.

Niños de alto riesgo

Los menores de 3 meses, prematuros y aquellos con problemas crónicos de salud (como las cardiopatías, las enfermedades pulmonares crónicas o el compromiso de la inmunidad) tienen más riesgo de presentar formas graves.

«Se considera grupo de riesgo a los bebés nacidos prematuramente de bajo peso, o con ciertas afecciones pulmonares”, puntualizó la doctora Hidalgo. También forman parte del grupo considerado más vulnerable “los niños con cardiopatías congénitas y los pacientes que tengan alguna enfermedad neuromuscular que los predispone a tener una dificultad en la limpieza de secreciones que van a la vía aérea, como así también en pacientes que tengan enfermedades crónicas pulmonares (fibrosis quística). En estos niños hay que tener mucho cuidado y es donde más hay que hacer hincapié con la prevención”, agregó.

La pediatra también advirtió el riesgo que corren los niños que asisten a guardería. En estos casos en donde el virus puede estar circulando pidió evitar que muchos menores compartan un espacio cerrado y ventilar el ambiente. Por otra parte, recordó que si alguien quiere estornudar debe evitar hacerlo cerca de niños.

¿Cuándo acudir al médico?

El Ministerio de Salud de la Nación señaló que, si el niño tiene una infección respiratoria, se debe acudir inmediatamente a un centro de salud más cercano.

“Es importante que los padres consulten al médico cuando notan que un bebé empieza con un cuadro de obstrucción superior con moco, observan que la tos se hace más persistente y que la alimentación del niño comienza a ser menos cantidad y más veces”, indicó la doctora. También dijo que hay que estar atentos a la respiración con la pancita, es decir, abdominal. Señaló que en algunos casos los niños empiezan a tener los labios azulados y la piel más pálida por lo cual deben consultar al pediatra o concurrir a la guardia.

Manifestó que 6 de cada 10 consultas por guardia son por cuadros respiratorios asociadas a este cuadro de obstrucción bronquial, por lo cual es fundamental trabajar en la prevención.

Los virus que causan infección respiratoria aguda se transmiten de una persona a otra por el contacto directo entre las manos y superficies contaminadas, y a través de las secreciones nasales o las gotitas de saliva que viajan por el aire cuando una persona enferma habla, estornude o tose.

Por lo cual, para prevenir esta enfermedad hay que tomar medidas muy similares a las que realizamos durante la pandemia por Covid-19, tales como: lavarse las manos periódicamente, especialmente después de tocar manijas, dinero, objetos de oficina, juguetes de otros niños/as, etc.; usar alcohol en gel cuando no haya agua y jabón para lavarse las manos; al toser o estornudar, cubrirse la boca y la nariz con el codo; limpiarse la nariz con pañuelos descartables; evitar el contacto con personas que tengan enfermedades infecto-contagiosas; evitar el humo de cigarrillo; ventilar siempre los ambientes; y mantener los esquemas de vacunación al día.

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