Corresponden al nodocente José Alfredo Duarte y a los estudiantes Berta Clara Perassi, Alberto Pinto, José Santiago Amato.

El Consejo Superior aprobó por unanimidad la reparación de legajos de miembros de la Universidad Nacional de Río Cuarto que fueron víctimas del terrorismo de Estado.

En el caso del trabajador Peco Duarte el proyecto de reparación de legajo es impulsado por el Observatorio de Derechos Humanos y el gremio nodocente ATURC; mientras que el de los exalumnos de la UNRC es una iniciativa conjunta del Observatorio y la Federación Universitaria de Río Cuarto.
Tras que el tema ingresara al cuerpo colegiado el pasado 19 de marzo, fue analizado por la Comisión de Interpretación y Reglamento y volvió al plenario con un despacho que cosecho el voto favorable de todos los consejeros.

Se aprobaron los proyectos que apuntan a “dejar constancia de las causas de interrupción de la prestación de trabajo o cursado de carreras, en los legajos de los estudiantes Alberto Pinto, Berta Clara Perassi y José Santiago Amato, y del trabajador nodocente José Alfredo Duarte”, según lo expresado desde la mencionada comisión.

Rosa Cattana, coordinadora del Observatorio de Derechos Humanos, conjuntamente con la Asociación de Trabajadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto (ATURC) presentaron el proyecto de reparación de legajo de quien fuera un trabajador nodocente de esta Universidad, luego detenido y desaparecido durante el terrorismo de Estado perpetrado durante la última dictadura cívico militar. Se afirma que en el caso del trabajador nodocente José Alfredo Duarte, “el real motivo que determinó la interrupción de su desempeño laboral fue ser víctima de terrorismo de Estado”, y que “se encuentra en situación de detenido desaparecido”.

Por otro lado, Cattana con Martina Presti, en representación de la FURC, elevan en forma conjunta los proyectos para la reparación de legajos de Berta Clara Perassi, Alberto Pinto y José Santiago Amato, quienes fueron estudiantes de esta Universidad y luego víctimas del terrorismo de Estado. Se deja constancia de que el estudiante Alberto Pinto fue víctima de terrorismo de estado y que el real motivo que terminó la interrupción de sus estudios es que fue detenido por motivos políticos y luego asesinado como víctima de la violencia estatal; que la estudiante Berta Clara  Perassi fue víctima de terrorismo de estado y que el real motivo que determinó la interrupción de sus estudios es que se encuentra en situación de detenida desaparecida, y que el estudiante José Santiago Amato fue víctima de terrorismo de estado, y que el real motivo que determinó la interrupción de sus estudios fue haber sido asesinado, víctima de la violencia estatal.

“Resulta un deber ético del Estado y de sus instituciones democráticas, consignar en los legajos de sus trabajadores y estudiantes la verdad histórica respecto de la auténtica causal de cese de la relación laboral o de los estudios”, “en ese contexto, aparece adecuado y necesario realizar una enmienda material de los legajos como documentos públicos, además de una reparación simbólica para los familiares y amigos de las víctimas”, “esa acción implica el cumplimiento de un deber ético y político con la memoria, la verdad y la justicia, de fundamental importancia en una institución académica como lo es la Universidad Nacional de Río Cuarto”, se indica en el despacho de comisión aprobado.


Las personas y sus huellas

Peco Duarte fue visto por última vez el 1 de marzo de 1976, cuando lo secuestraron. Alberto Pinto sufría de epilepsia. José Santiago Amato fue asesinado y su cuerpo apareció junto a los de otros 7 militantes en una esquina de Munro. Y la Gringa Perassi nació en Moldes en el ’51 y enseñó a leer y escribir en barrios pobres.

Duarte fue trabajador nodocente, se desempeñó entre 1974 y 1975 en el Comedor Universitario y en el Departamento de Imprenta y Publicaciones; era militante de la Juventud Peronista y realizaba trabajo social en barrios humildes de la ciudad; a fines de 1975 Peco fue amenazado por la Triple A y junto a su esposa Susana y su pequeña hija Clarisa se trasladaron a Córdoba; Peco fue visto por última vez el 1 de marzo de 1976, fecha en que fue secuestrado en el domicilio de un familiar en Barrio Ciudadela de Córdoba; tenía 26 años al momento de su secuestro; permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio Campo de la Ribera; los responsables de su secuestro y desaparición fueron condenados por crímenes de lesa humanidad el 25 de agosto de 2016 en la Megacausa La Perla-La Ribera-D2.

Alberto Pinto fue estudiante de las carreras de Licenciatura y Profesorado en Ciencias de la Educación en esta Universidad entre los años 1973 y 1975”; rindió cinco materias, la última asignatura aprobada Antropología Cultural el día 14 de agosto de 1974; Pinto, profesor de Filosofía y Pedagogía egresado en el Instituto Superior de Ciencias de Río Cuarto, era políticamente comprometido con la militancia universitaria y con la defensa de la democracia; sufría de epilepsia desde los 17 años, condición de salud que lo mantenía en una situación de fragilidad física permanente; militante del Peronismo de Base; fue detenido en Río Cuarto el 21 de abril de 1977, para ser puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional el 25 de julio; en paralelo, comenzaron las tratativas y las reiteradas e infructuosas solicitudes de sus dos hermanos ante autoridades civiles, militares y eclesiásticas, para lograr que continuará con la administración de la medicación y fuera contemplada su especial situación de salud; el 22 de junio de 1978, fue trasladado a la Unidad Penitenciaria 1 de la ciudad de Córdoba, en donde estuvo detenido y totalmente incomunicado hasta el 27 de octubre, fue uno de los 92 detenidos derivados, en un avión Hércules de la Fuerza Aérea, a la Unidad Penitenciaria 9 de La Plata; este cambio de régimen carcelario, que en la UP 9 de La Plata sería brutal, terminaría por debilitar y comprometer la integridad humana de Alberto Pinto, tanto en lo físico como en lo psicológico; en La Plata, fue castigado y violentado por su condición de enfermo y de judío; el 15 de noviembre de 1978, fue víctima de una golpiza, posteriormente, fue alojado en una celda de castigo, con la anuencia de los médicos y las autoridades máximas de la unidad el 19 de noviembre de 1978 se dispuso su traspaso desde las celdas de castigo al sector de Sanidad de la Unidad Penitenciaria N° 9, y el 23 de noviembre de 1978 se efectuó su internación en el Instituto del Tórax de la ciudad de La Plata, donde permaneció hasta producirse su muerte el día 5 de marzo de 1979; tenía 42 años

José Santiago Amato fue estudiante de Veterinaria en la UNRC entre los años 1973 y 1975; rindió ocho asignaturas, la última fue Microbiología General; apodado Pocho, era políticamente comprometido con la organización estudiantil y con la defensa de la democracia; militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores; al ser perseguido, a los fines de resguardar su vida, José Santiago se va de la ciudad, viaje que termina con su desaparición y muerte a fines de 1976; al momento de su desaparición José Santiago tenía 22 años; fue asesinado y su cuerpo apareció junto a los de otros 7 militantes en una esquina de Munro, fueron enterrados en una fosa común en el cementerio de Vicente López, provincia de Buenos Aires; sus restos fueron identificados inicialmente en el año 1984, obtuvieron confirmación definitiva de la identidad a través de los estudios de ADN llevados adelante por el Equipo Argentino de Antropología Forense, en el año 2011;los responsables del asesinato de José Amato fueron juzgados y condenados y a solicitud de su hermana, y dado el profundo cariño y compromiso que José Santiago tenía para con la Universidad Nacional de Río Cuarto, sus restos descansan en el patio interno de la Facultad de Agronomía y Veterinaria.

Berta Clara Perassi, apodada “la Gringa”, nació en Coronel Moldes, el 16 de octubre de 1951. Fue estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Educación en la UNRC, entre los años 1973 y 1974; se le reconocieron un total de cuatro asignaturas aprobadas previamente en la Universidad Nacional de San Luis. Cuando llegó a Río Cuarto para comenzar a estudiar en la Universidad, arrancó su militancia en el Peronismo de Base. Inició su actividad de militancia en el barrio El Acordeón, de Banda Norte, participando en la campaña de alfabetización de adultos CREAR, dependiente de la DINEA (Dirección Nacional de Enseñanza de Adultos). Se señala que “quienes conocieron a Berta, siempre destacan su humildad, su fortaleza y su coherencia entre sus ideas y su forma de vida. A modo de ejemplo, una compañera de pensión recuerda que se negaba a recibir dinero de su familia para su sostén económico, como actitud de coherencia en su decisión de militar en un proyecto político popular” y que “mientras desarrollaba estas tareas de alfabetización en Barrio el Acordeón, Berta fue amenazada de muerte por un comando parapolicial a mediados de 1974”. Frente a las amenazas, Berta decide trasladarse a la ciudad de Córdoba, donde trabajó en una fábrica de galletitas y se incorporó a las filas del Partido Revolucionario de los Trabajadores, desarrollando su militancia en el frente sindical; el 25 de junio de 1976 fue allanada la casa en la que Berta vivía, en el Barrio Alto Alberdi de la Ciudad de Córdoba, por un grupo que no se identificó; el 1 de julio de 1976, varios individuos armados secuestraron a Berta, por órdenes del Tercer Cuerpo de Ejército -comandado por entonces, por el General de División Luciano Benjamín Menéndez, Jefe a su vez del área 311 organizada a los fines de la llamada “lucha contra la subversión”, Berta fue trasladada al Centro Clandestino de Detención La Perla, ubicado en predios del Tercer Cuerpo de Ejército, donde se la mantuvo privada de su libertad. En La Perla fue sometida a condiciones infrahumanas de cautiverio y a diversos martirios y sufrimientos tanto psíquicos como físicos. Berta continúa en situación de detenida desaparecida”; “en la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), se encuentra el legajo Nº 7832 referido a Berta Clara Perassi”; “los responsables de su secuestro y desaparición fueron juzgados y condenados en la Megacausa La Perla-La Ribera-D2 en agosto de 2016”; “quedó ampliamente demostrado que Berta Clara Perassi fue víctima del genocidio perpetrado en nuestro país desde algún tiempo antes y durante la última dictadura cívico-militar”, se argumenta.

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