A los 98 años, la riocuartense Antonia de Cisneros, integrante y fundadora de Madre de Plaza de Mayo, fue distinguida en Río Cuarto por la Legislatura de Córdoba. Fue en reconocimiento por su incansable lucha por la defensa de los derechos humanos y la búsqueda incesante de Memoria, Verdad y Justicia para las víctimas del terrorismo de Estado.

Dicha distinción fue aprobada el pasado 23 de marzo por unanimidad en la Legislatura provincial. En ese marco, esta tarde los legisladores de los distintos bloques hicieron entrega de una placa distintiva a los hijos, nietos y nietas de Antonia de Cisneros. Fue en una emotiva ceremonia que tuvo lugar en la Casa de la Memoria de Río Cuarto. Estuvieron presentes hijos y nietos de Antonia, el intendente Juan Manuel Llamosas, los legisladores Leandro Carpintero, Antonio Rins y Franco Miranda, ex intendentes, referentes de Derechos Humanos, concejales, autoridades de la UNRC, representantes gremiales, del Partido Justicialista y de la Asociación de Ex Presos Políticos de Río Cuarto y el Sur de Córdoba.

El legislador de Hacemos por Córdoba Leandro Carpintero, uno de los impulsores de esta iniciativa, recordó que “Antonia fue una de las 14 madres que empezaron a dar la vuelta en Plaza de Mayo, eso que después con el correr del tiempo se convirtió en un hito en la historia a nivel mundial”.

Destacó que además de la lucha por los desaparecidos y para que se haga justicia de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la última dictadura cívico-militar, “Antonia fue una militante política y social que siempre bregó por la igualdad económica y social”, y destacó que su lucha “siempre fue desde el amor, sin sembrar odio. Eso es una enseñanza muy especial porque nos ha marcado el camino a seguir”.

Daniela Miranda, subsecretaria de Derechos Humanos de la Municipalidad de Río Cuarto, agradeció que el homenaje y reconocimiento se haya realizado en Río Cuarto y particularmente en la Casa de la Memoria. Remarcó que es importante mantener viva la Memoria y pidió que ese mensaje se multiplique en las nuevas generaciones.

Entrega de la placa de reconocimiento a los hijos y nietos de Antonia de Cisneros

Daniel Olartecoechea, integrante de la Comisión Municipal de la Memoria y representante de la Asociación de Ex Presos Políticos de Río Cuarto y el Sur de Córdoba, destacó la figura de Antonia Iraola de Cisnero al recordar que fue una de las pioneras en las marchas de las Madres de Plaza de Mayo. “Entre esas madres que buscaban a sus hijos estaba Antonia”, relató con la voz quebrada de emoción.

La definió como una luchadora incansable y peronista militante antes, durante y después de la Dictadura. Dijo que “Antonia ha luchado toda su vida”, primero por el voto femenino y las desigualdades sociales y luego para encontrar a su hijo secuestrado y desaparecido por los militares.

“El pañuelo blanco es un símbolo internacional que Antonia junto con las Madres supo situar como bandera de democracia y libertad, a lo que Antonia le agregaba justicia social, independencia económica y soberanía política”, expresó Olartecoechea.

Daniel Olartecoechea, integrante de la Comisión Municipal de la Memoria

Ante la presencia de los familiares de Antonia Cisneros, el intendente Juan Manuel Llamosas recordó que en 2018 Antonia Cisneros fue declarada Ciudadana Ilustre de Río Cuarto, la distinción más importante que puede tener un vecino o vecina de la ciudad.

El intendente Juan Manuel Llamosas recordó que para ella siempre fue, es y será “Llamosita”. Según el mandatario, él era quien la atendía por teléfono cuando Antonia llamaba para consolar a su padre tras alguna elección perdida en la ciudad, en aquellos años en donde el Partido Justicialista no lograba hacer pie en el Gobierno de Río Cuarto.

Llamosas destacó que no hay tantas personas en la ciudad que sean tan respetadas y queridas para convocar a todos los sectores políticos en una ceremonia, lo cual demuestra lo que Antonia es como persona y lo que representa para los riocuartenses.

Madre peronista y luchadora por la justicia

José Cisneros, hijo de Antonia, dijo que este reconocimiento a su “madre representa una alegría inmensa porque es una forma de revalorizar lo realizado por las Madres de Plaza de Mayo, su historia de vida y su lucha por la aparición con vida de mi hermano”.

Recordó que su mamá se iba los miércoles por la noche a Buenos Aires en la Colta (empresa de transporte de aquellos años) con toda la incertidumbre… “Imaginate que era el año 1977 y se iba a marchar a Plaza de Mayo”, relató José.

José Cisneros describió a Antonia como “una madre protectora, la convocante del grupo familiar, la que opina y critica”. “Es una mujer íntegra y con una memoria prodigiosa”, agregó. Además, remarcó que supo mantener la memoria en la familia y transmitirles lo que fue su vida y su lucha.

“Mi vieja es una madre peronista y luchadora por la justicia”, expresó su hijo José Cisneros

María Antonia Iraola de Cisneros, fundadora de Madres de Plaza de Mayo

Nuestra “Madre de Plaza de Mayo”

María Antonia Iraola de Cisneros nació un 9 de julio de 1923 en Sancti Spiritu, un pequeño pueblo de la Provincia de Santa Fé, dónde vivió parte de su infancia. Es la hija menor de una pareja de vascos, Marta Iriberry e Ignacio Iraola. Producto de la crisis del ’30 su familia se mudó a la ciudad de Laboulaye. Allí vivió su adolescencia y conoció a su compañero de vida: Manuel Cisneros.

En 1947, por cuestiones laborales juntos se trasladaron a Río Cuarto y formaron su familia. En nuestra Ciudad, Antonia desarrolló una vida social con una importante participación en ámbitos de solidaridad en torno a instituciones católicas: la Asociación de Damas de Misericordia del Hogar de Niñas, Cáritas, el Patronato de Leprosos, Capillas Barriales, entre otros. Pero fue su participación en el Partido Justicialista (PJ) lo que definió parte de su impronta militante en nuestro medio. Su simpatía por el Gobierno del General Perón y Eva Duarte fue desde la “primera hora”. Las obras de justicia social, soberanía política e independencia económica fueron y son sus banderas porque coinciden con su espíritu político y humanista de la vida.

No obstante, hubo un hecho trágico que cambió su historia para siempre: el 15 de febrero de 1977, cuando ella tenía 53 años, un grupo de tareas del Tercer Cuerpo del Ejército secuestró a su hijo mayor, Ignacio “Corcho” Cisneros.

El “Corcho” había nacido en Río Cuarto el 22 de octubre del ‘47. Estudió en la Facultad de Agronomía de La Plata recibiéndose de Ingeniero Agrónomo, era militante de Montoneros y “un defensor de las causas justas”. Tras su secuestro, lo llevaron al Centro Clandestino de Detención “La Perla” y allí lo asesinaron en junio de ese mismo año.

Antonia lo buscó, caminó y golpeó puertas. Nunca lo volvió a ver. Sin embargo, en esa búsqueda encontró una causa y un motivo que comenzaría a ser el motor de su vida.

Fue un sábado de fines de abril de 1977 cuando 14 madres comenzaron a caminar en ronda en la Plaza de Mayo. Buscaban a hijos e hijas que habían sido secuestrados y desaparecidos por el terrorismo de Estado. Allí comenzó una de las organizaciones más emblemáticas de la historia argentina: MADRES DE PLAZA DE MAYO. Antonia fue una de esas madres que comenzaron con la lucha.

Así fue que Antonia comenzó a participar activamente en aquellos espacios de resistencia como Madres de Plaza de Mayo. Y en todas las instancias de luchas y manifestación que se planteaban desde esos espacios. Así fue que se convirtió en una de las referentes de un camino que enorgullece a los riocuartenses.

Desde entonces, nunca ha parado en la búsqueda y construcción de la memoria, verdad y justicia por su “querido hijo” y por cada uno de los 30.000 detendidos-desaparecidos por la dictadura genocida.

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