Los humedales son parte integral de los sistemas naturales que hacen posible la vida en la Tierra. El 40% de la biodiversidad mundial vive o se reproduce en ellos. “Amortiguan los impactos de las lluvias y almacenan más carbono que ningún otro ecosistema, por eso son grandes aliados en la lucha contra el cambio climático”, destacó el geólogo Nelso Doffo, docente investigador de la UNRC.

En nuestro país, se estima que los humedales ocupan no menos del 21,5% del territorio. La extensión y variación del territorio nacional hace que tengamos la dicha de contar con una importante diversidad de humedales en zonas urbanas y rurales, los cuales albergan una gran biodiversidad y proveen servicios ecosistémicos esenciales como la absorción de gases de efecto invernadero, mitigación de inundaciones y provisión de alimentos, entre otros beneficios directos tanto para las comunidades locales como para toda la sociedad en su conjunto.

Cuanto más alteramos los ecosistemas, más peligro corremos. Sin embargo, según datos del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), entre 2020 y 2021, en la Argentina se han quemado más de 1 millón de hectáreas en 21 provincias, miles de ellas humedales.

Pantanos, estuarios, deltas, estanques, reservas naturales, arrozales, salinas y hasta pastizales húmedos son algunas de las expresiones que describen a los humedales, según lo acordado en 1971 entre 18 naciones en la Convención Ramsar, en Irán, donde se estableció un marco de acción internacional para fomentar el uso racional de esos recursos.

Desde Córdoba Hoy dialogamos con el geólogo Nelso Doffo, coordinador del Grupo de investigación en Geología Ambiental (GIGA) – ICBIA-CONICET UNRC, sobre la importancia de sancionar una Ley de Humedales y la función que estos ecosistemas tienen para nuestro planeta.

-¿Qué son los humedales?

– Los humedales son zonas de tierra deprimidas de forma temporal o permanente. El agua es el elemento clave que define sus características físicas, vegetales, animales y sus relaciones. Se distinguen también por las características particulares de sus suelos y por la presencia de plantas y animales adaptados a sus períodos de anegamiento y sequía.

Implica no solamente las lagunas, sino también los bañados, zonas bajas pantanosas, así como los ríos y arroyos. Todas las desembocaduras de los ríos al mar también son humedales.

El corredor de humedales más grande del mundo es el pantanal Paraguay-Paraná

– ¿Por qué protegerlos?

– Desde una mirada más antropogénica por los servicios ambientales que brindan al planeta. También hay otra mirada, que hace eje en los derechos de la naturaleza, es decir, que uno no cuida los humedales porque nos dan ciertos beneficios para la vida, sino porque estos ecosistemas tienen un derecho adquirido. Esta última perspectiva está incorporada en la constitución de países como Bolivia y Ecuador que han desarrollado instrumentos de constitucionales mucho más modernos donde aparecen la idea del buen vivir y los derechos naturales.

Por otra parte, se los debe proteger por la función que cumple en el planeta. Los humedales son los riñones del planeta, es decir, así como en las personas los riñones eliminan los elementos tóxicos para limpiar el cuerpo, los humedales capturan y retienen los contaminantes (generados por el hombre) de los río y arroyos que los atraviesan. Son parte integral de los sistemas naturales que hacen posible la vida en la Tierra. El 40% de la biodiversidad mundial vive o se reproduce en ellos. También son grandes filtros depuradores y reservorios de agua dulce. Cumplen una importante función como reguladores hídricos, ya que amortiguan los impactos de las lluvias y son grandes almacenadores de carbono como ningún otro ecosistema, por eso son grandes aliados en la lucha contra el cambio climático.

Fuente: Télam

– Teniendo en cuenta su importancia, ¿por qué se demora la ley en Argentina?

Este es el tercer intento de un proyecto de ley que llega al Parlamento. Y si esto no prospera es porque hay, al menos, dos grandes y poderosos intereses que van en contra de esta iniciativa. Por un lado, la ampliación del desarrollo inmobiliario, y por el otro, la expansión de la frontera agrícola.

Con respecto a la segunda, por ejemplo, el avance de la actividad implicó la desaparición de numerosos humedales en región Pampeana, en donde hoy existen cultivos.

Respecto al avance de la actividad inmobiliaria, una muestra de ello es el emblemático caso de los carpinchos en el Delta del Paraná. Se habla de una invasión de carpinchos cuando en realidad es la invasión de contries en un ambiente natural de los carpinchos.

Actualmente la ley tiene despacho de minoría y mayoría de la Comisión de Ecología y Medio Ambiente, pero atraviesa una situación complicada porque si no se la trata antes de fin de año podría perder estado parlamentario y habría que empezar todo desde cero el próximo año.

-En nuestra región, ¿cuál es la situación en los bañados del Saladillo?

Dese hace varios años venimos observando la desaparición de las lagunas del Saladillo, solamente queda la laguna La Helvecia, que de no haber sido por la lucha y compromiso del Club de Casa y Pesca de ese lugar, también hubiera desaparecido ante el avance de la frontera agropecuaria.

Estas pequeñas lagunas en donde desemboca el río IV han sido intervenidas a través de la construcción de canales y drenadas para ser utilizados en la siembra de cultivos. Además, se ha propiciado el desmonte, lo que llevó a que los Bañados del Saladillo como tal hayan desaparecido, solamente se han salvado algunas lagunas como La Helvecia y una más chiquitita un poco más arriba, en las cuales se pescaba y eran hábitats de aves migratorias. Todos esos espejos de agua han desaparecido.

Esto se da en el marco de una política provincial que tiene una idea de desarrollo basada en que al campo le vaya bien, pero sería interesante analizar los costos que esto tiene en términos ambientales.

– ¿Qué importancia tiene la sanción de la ley?

– Permitirá contar con fondos para realizar un inventario, es decir, elaborar la cartografía nacional de los humedales del país. Para poder llevar adelante esto es necesario contar con fondos que permitan concretar los diferentes estudios e investigaciones, tal como se hizo con la Ley de los Glaciares. Sin presupuesto no se pueden proteger los humedales.

También implicará que se gestione un uso ambientalmente respetuoso con actividades que preserven sus funciones ecológicas y eliminen los factores que los destruyen.

La Ley de Humedales permitirá incorporar principios y enfoques que resguarden la salud de los ecosistemas, así como también los derechos que asisten a las personas que habitan y dependen de ellos para su vida.

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