La Universidad Nacional de Río Cuarto y la Asociación de Apicultores del Valle de Traslasierra, de Conlara, planean actividades técnicas, culturales y didácticas, para implementar la Escuela de Apicultura del Valle de Traslasierra e impulsar el desarrollo de este sector de la economía en aquella zona del departamento cordobés de San Javier.

Lo harán tras la firma de un convenio marco, cuya propuesta ingreso este martes al Consejo Superior de esta casa de estudios, marco en el que será analizado ahora por la Comisión de Investigación y Extensión.

Se trata de “favorecer el seguimiento de iniciativas comunes de carácter técnico, cultural y didáctico entre la Universidad y la Asociación según las características conformes a ambas y más precisamente para establecer, mantener y consolidar programas de realizaciones, de seguimiento, de enseñanza, de intercambio de conocimientos e informaciones de actividades y de desarrollo”.

El acuerdo tendrá en cuenta “la relevancia de la educación pública y gratuita en la promoción del desarrollo territorial integral, donde la Universidad cumple un rol fundamental en la formación de los ciudadanos”. Se destaca que el intercambio de saberes, la generación de nuevas propuestas, aunar esfuerzos y recursos “se constituyen en aportes de gran valor para consolidar acciones tendientes a mejorar la calidad de vida de las personas involucradas”.

La doctora Paula Melegatti, una de las impulsoras de esta propuesta de colaboración, integrante del Programa de Apicultura de la Secretaría de Extensión y Desarrollo y docente de la cátedra de Zoología y Producción Apícola de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, subrayó que la firma de un convenio de estas características se fundamenta en el hecho de que la región conocida como Traslasierra, como así también en noroeste de Córdoba “cuentan con una cultura apícola rica en conocimientos y prácticas que tuvo sus comienzos a principios del siglo XX”. Además, “cuentan con bosques nativos que hacen propicia la apicultura como una actividad económica a promover debido al gran potencial de desarrollo, favoreciendo el uso sustentable de los bosques nativos mediante el aprovechamiento no maderable de sus recursos naturales”.

Resaltó Melegatti que esta es “una excelente actividad complementaria de la ganadería caprina y bovina, que permite incrementar los ingresos familiares, favoreciendo el arraigo de las familias en parajes alejados sin fuentes de trabajo, en particular para los más jóvenes”.

La apicultura de monte nativo posee características diferentes de aquella que se realiza en la región pampeana, explicó la docente. Señaló que la presencia de bosque nativo, según su grado de conservación, aporta biodiversidad, al tiempo que se encuentra sensiblemente menos afectada por la contaminación industrial y de organismos genéticamente modificados.

Explicó que estos ecosistemas poseen una riqueza florística proveedora de néctar, polen y resinas que permiten la diversificación de la producción, donde cobran relevancia no solo la cosecha de mieles con un alto valor nutricional, monoflorales o multiflorales, únicas por sus características en sabor, color, aroma y consistencia, sino que permiten la obtención de pólenes diversos, propóleos, material vivo y cera.

La apicultura de Traslasierra, indicó, “es practicada principalmente por agricultoras y agricultores familiares, generando ingresos económicos al mismo tiempo que es fuente de alimentos, medicinas, polinización de especies nativas útiles para el forraje de animales domésticos, y el aumento de la producción de alimentos en general”.

Melegatti remarcó: “Fortalecer este oficio, promover la conservación, el arraigo y el trabajo asociativo digno, se constituyen en los medios que, como Universidad Pública, estamos en condiciones de asumir comprometiéndonos a defender el derecho a un ambiente sano y sustentable”.

¡Viralizalo!