Así lo expresó Dana Oyarzabal, integrante de la organización Jóvenes por el Clima de Córdoba, quien instó a que dejemos de centrar la mirada en la economía y cuidemos el planeta. Reclamó medidas urgentes para poner un freno a la crisis climática.

Las actividades humanas tienen un impacto significativo y acelerado en el cambio climático de la Tierra y en sus ecosistemas. Sin embargo, pese a las evidencias científicas, el negacionismo aún está muy presente y es una estrategia utilizada para deslegitimar las investigaciones o desviar el tema del debate público.

Mientras distintas organizaciones ambientalistas y científicos reclaman un cambio en el comportamiento humano, denuncian los desastres generados por el sistema productivo capitalista extractivista y reclaman decisiones políticas de fondo para cuidar el planeta, los sectores de poder miran para otro lado.

Sobre esta problemática dialogamos con Dana Oyarzabal (20 años), estudiante de Ciencias Políticas y Sociología y quien forma parte de Jóvenes por el Clima de Córdoba, un movimiento juvenil que surgió en 2019 ante la necesidad de poner al ambientalismo en la agenda política. Representado por estudiantes que rondan entre los 16 a 25 años, la idea principal de este movimiento es poner a la crisis climática en agenda pública desde una perspectiva latinoamericana, feminista y socioambientalista.

– ¿Cuáles son las medidas más urgentes que hay que tomar para frenar el cambio climático?

– Es imprescindible poner en práctica la Ley de Educación Ambiental para que toda la gente, más allá del nivel educativo (primario, secundario, universitario) sepa desde cómo hacer compostaje hasta exigir información sobre la temática. Sobre todo, quienes nos representan deben saber que la crisis climática es real, y tienen que comprender que, si no accionamos ahora el mismo sistema en el que vivimos nos va a destruir.

También necesitamos una normativa que fomente el reciclado de envases con inclusión social, a partir de la tarea que realizan los recuperadores urbanos. Por otra parte, es fundamental que salga la Ley de Humedales. Ocupan el 22 por ciento del territorio y son fundamentales para amortiguar los impactos de las lluvias y almacenar el carbono. Si destruimos los humedales no vamos a poder llegar a la meta de 1,5 grados de temperatura media del planeta.

En 2015, todos los países del mundo firmaron el Acuerdo de París, en el cual asumieron la emergencia ambiental y se comprometieron a establecer medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, Según el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) para el año 2030 el planeta cruzaría la marca de aumento de temperatura de 1,5 grados Celsius.

– En esta campaña electoral, ¿Cómo analizás el comportamiento de los políticos sobre la problemática ambiental? ¿Hay propuestas?

– Tenemos un candidato como Javier Milei que básicamente dijo que no creía en el cambio climático y luego hay expresiones más de izquierda que han incluido algunas propuestas ambientales importantes.

– ¿Por qué el cuidado del planeta no es una prioridad? ¿En qué estamos pensando?

– En estos momentos estamos pensando muchísimo en la economía, como si el dinero nos fuera a salvar, pero hay que entender que el planeta es el lugar donde vivimos, y sin vida no habrá ninguna economía. Creo que no se toma dimensión de que lo que está pasando ahora es consecuencia del cambio climático. Es como que estamos esperando que pase algo grave para poder tomar una medida política contundente.

– ¿La salida al cambio climático depende de acciones individuales o colectivas?

– Creo que es la suma de las dos. Si bien cada persona puede aportar desde su lugar, cosa que es súper importante, considero que es fundamental que salgamos a las calles y colectivicemos esta lucha. Tenemos que reclamar por nuestro futuro. Es importante que socialicemos estas luchas para multiplicar las voces y concientizar sobre la crisis ambiental y sus consecuencias.

La emisión del dióxido de carbono (CO2) es la mayor responsable del calentamiento global. La principal actividad humana que causa este fenómeno es la quema de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas natural. Las principales empresas relacionadas con estas actividades son las mayores corporaciones del mundo.
– ¿Cuánto tiene que ver en esta crisis climática el sistema productivo?

– Estamos inmersos en un sistema extractivista que no nos está dando resultados, sino por el contrario, está generando esta crisis climática tal como lo expresan destacados académicos y los informes elaborados por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático.

A pesar de eso, no se generan cambios porque hay intereses muy fuertes de sectores de poder para que todo siga igual, tal como ocurre en Córdoba con el lobby inmobiliario y la expansión agrícola-ganadera.

– ¿Cómo es la situación ambiental en la provincia de Córdoba?

– La situación está complicada. Falta mucho en materia de adaptación y mitigación de cambio climático y desarrollo de políticas sustentables con el ambiente.

Sabemos que todos los años en agosto se generan incendios en las sierras y muchas veces detrás de eso hay intenciones para expandir los negocios inmobiliarios. Se pierden esos recursos que son fundamentales para contener las inundaciones. Además, esos incendios generan un impacto negativo al contaminar con cenizas el agua que consumimos.

Hay muchas cuestiones ambientales que se están dejando de lado, como por ejemplo la Autovía de Punilla que tuvo el 90% de rechazo popular y asimismo se lleva a cabo.

– ¿Cómo hacen desde el movimiento para conseguir poner el tema en la agenda pública?

– Trabajamos de manera articulada con distintas organizaciones ambientales y establecimientos educativos, fundamentalmente con aquellas instituciones en donde podamos generar un impacto importante. Tenemos una mirada utópica en creer que podemos luchar por nuestro futuro!

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