Se trata de una enfermedad crónica que genera un daño progresivo del nervio óptico. El 50 por ciento de los casos no presenta síntomas, por eso, se dice que el glaucoma “es el ladrón silencioso de la vista”.
Por tales motivos, la detección precoz del glaucoma es vital para evitar el efecto de esta enfermedad como puede ser la ceguera. Esto adquiere especial relevancia al considerar todo lo que el sentido de la vista puede influir de formas muy diversas en el desarrollo vital de las personas, en sus actividades cotidianas, en su participación en la sociedad, y, en definitiva, en la mejora de su calidad de vida.
Según el oftalmólogo Roque JerabeK, integrante de la Red Oftalmológica Jerabek-Zabalo, el principal factor de riesgo es la presión intraocular elevada, aunque existen otros como el envejecimiento y los antecedentes familiares. “El nervio óptico va sufriendo un deterioro por falla en su irrigación sanguínea debido a que la presión intraocular está elevada”, explicó el doctorado en Medicina y Cirugía en la Universidad Nacional de Córdoba.
Aseguró que esta es la principal causa del glaucoma, aunque agregó que, en las últimas décadas al prolongarse las expectativas de vida, en personas cercanas a los 80 años suele suceder que “el nervio óptico empieza a sufrir una isquemia producto de la evolución de la edad, generando una lesión del nervio óptico debido a una obstrucción en su irrigación sanguínea. Por su puesto que si además de eso existiera un glaucoma el pronóstico es mucho peor”, agregó Jerabek, quien es docente de la Universidad del Salvador desde hace 25 años y recientemente docente de la Universidad de Buenos Aires.
-Entonces, ¿son muchas las causas que pueden provocar el glaucoma?
-Sí, la etiología del glaucoma es multifactorial porque existen muchas causas que pueden provocarlo. Una de las principales es la genética, es decir, la predisposición hereditaria a sufrir glaucoma, el cual se denomina glaucoma crónico simple o de ángulo abierto y representa aproximadamente el 50 por ciento de los glaucomas.
Otro que es sumamente frecuente es el glaucoma de pseudoexfoliación. Este proviene de genes de nuestros ancestros del área mediterránea europea (Italia, Francia y España). Es por eso que en el territorio argentino, al tener tanta influencia de migración de esos países, se registra un 30 a un 35 por ciento de este tipo de glaucoma.
– ¿Se puede contagiar el glaucoma?
-No, el glaucoma no es contagioso, hay una predisposición hereditaria pero no se contagia de una persona a otra.
– ¿Cuáles son los síntomas?
-El 50 por ciento no da síntomas por eso se lo denomina el ladrón silencioso, es decir, va robando visión sin que nosotros nos demos cuenta. Sin embargo, en algún grupo poblacional puede generar dolor de cabeza, ojos rojos, sensación de cansancio o fatiga. Esos son los síntomas que nos pueden alertar de la presencia de un glaucoma.
Cuando la presión es francamente elevada sí existen algunos elementos como el dolor de ojo y, sobre todo, visión de neblina al anochecer o al amanecer o empieza a aparecer algo así como la formación de arcoíris alrededor de las luces.
Una curiosidad es que el pintor Van Gogh presentaba glaucoma y gran parte de sus obras tienen estas imágenes que eran tal como él veía, es decir, los destellos por irisaciones o neblinas alrededor de focos o faroles cuando los pintaba.
– ¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El diagnóstico es posible solamente con una visita al oftalmólogo para que percate y corrobore la presión ocular. Ese es el signo capital para empezar a detectarlo.
Por supuesto que existen estudios que nos permiten definir qué tipo de glaucoma es, pero hay dos más importantes. Uno es a través de analizar el campo visual, ya que el paciente no pierde la visión central sino la periférica y de una manera paulatina, por lo tanto, una campimetría computarizada es un elemento clave para el diagnóstico. El otro es a partir de la semiología del nervio óptico, fundamentalmente, por tomografía de coherencia óptica que es el estudio cardinal para la detección de las primeras etapas de un glaucoma 2.
– ¿Cuáles son los tratamientos?
– Los glaucomas se tratan primero con medicación que pueden ser gotitas y otras veces gotitas y pastillas. Los más importantes son los tratamientos con láser. Existen cuatro o cinco técnicas quirúrgicas de láser que nos permiten una detención con mínimos procesos invasivos. Eso realmente es un avance gigantesco en el tratamiento del glaucoma.
También se realizan microcirugías, unas penetrantes y otras que son de superficie y con excelentes resultados. También está la colocación de válvulas. Todo esto depende de la severidad del glaucoma y por supuesto, cada vez es más amplio el abanico de tratamientos que nos permiten elegir el mejor para cada paciente, como así también combinar los mismos con el objetivo de lograr un mejor control de la presión intraocular.
– ¿Se puede detener? ¿quiénes pueden tener un glaucoma?
– Todos los tratamientos son para estabilizarlos, no para curarlos. Son para frenar la evolución del mismo, nunca para curarlos.
Respecto a lo segundo, todos estamos en riegos de tener un glaucoma. Mucho más aquellos que tenemos una herencia directa de nuestros ancestros que pudieran venir de Italia, España y Francia y de aquellas personas que son hipermétrope ya que sus ojos son pequeños, o los diabéticos porque por su isquemia están favoreciendo el desarrollo de un determinado tipo de glaucoma.
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Entrevistado: Dr. Roque Jerabek – MP 18909 – MN 73969 – CE 5916
Docente de la Universidad del Salvador (USAL) desde hace 25 años
Recientemente se sumó como profesor en la Universidad de Buenos Aires
Doctorado en Medicina y Cirugía en la UNC.
