Las personas con autismo presentan dificultades y desafíos para la comunicación e interacción social. Es fundamental que la comunidad se informe sobre esta afección, y que propicie contextos empáticos e inclusivos.
Cada 2 abril, se celebra el Día Mundial del autismo, una fecha para concientizar sobre esta condición que pueden presentar personas de todas las edades.
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de afecciones diversas con las que puede vivir una persona, que se caracteriza por dificultades en la interacción social, en la comunicación, y presenta patrones de intereses, conductas y actividades repetitivas y restringidas.
Es muy importante considerar que, si bien comparten estos criterios, las personas con TEA no son todas iguales; existe una gran heterogeneidad dentro del espectro autista.
Al respecto, se pueden delinear tres dimensiones, que tienen que ver con el lenguaje, el nivel cognitivo, y el nivel de apoyo que necesitará una persona con TEA.
“Con respeto al lenguaje podemos encontrar personas que no poseen lenguaje oral, es decir no hablan ni una palabra, hasta personas que tienen un lenguaje muy amplio, un lenguaje enciclopédico”, explica Nancy Siniscalco, integrante del equipo de Rehabilitación del Hospital Misericordia.
Así mismo, la especialista señala que, en cuanto al nivel cognitivo, algunas personas pueden tener alguna discapacidad intelectual asociada, y otras pueden poseer un coeficiente intelectual superior a la media.
Otra de las dimensiones, tiene que ver con el grado de apoyos que va a necesitar; “mientras algunas necesitan muy poquita ayuda, para otras es fundamental una ayuda sustancial”, refiere.
En este sentido, es imprescindible que la comunidad esté informada y propicie contextos empáticos e inclusivos.
“Debemos conocer sobre TEA para brindar los apoyos que necesita cada persona, y hacerlo de forma temprana; el objetivo es disminuir los desafíos o dificultades que se le presenten a esa persona, potenciar sus fortalezas, y mejorar su calidad de vida y la de su familia”, señala.
Diagnóstico temprano
En general, el TEA se manifiesta a edades tempranas, por lo que es importante que toda la comunidad, tanto los círculos familiares, sociales, educativos, y los equipos de salud estén atentos en los primeros meses y años de vida.
“Es primordial que se realice una vigilancia del desarrollo infantil, desde el nacimiento hasta los primeros años de la escolaridad”, señala Siniscalco.
Algunas señales de alerta:
- A los tres meses de vida el bebé no hace contacto visual con su mamá o quien lo cuida
- A los seis meses de edad no sonríe
- A los diez meses no responde a su nombre
- A los 12 meses no hay ningún tipo de balbuceo o emisión vocal
- Entre los 12 y 18 meses no realiza ningún gesto para señalar, pedir o alcanzar algo de su interés
- A los 18 meses no aparece la denominada atención conjunta; intentarcapturar la atención de su cuidador mostrándole algo que le atrae o que, como niño, le interesa
- A los 2 años no expresa una frase compuesta por dos palabras
- En cualquier momento del desarrollo hay una pérdida de habilidades sociales y comunicativas como hablar, sonreír, jugar o cualquier otra habilidad que ya había adquirido
En cuanto al diagnóstico diferencial de TEA, es muy importante
- la observación clínica directa de la persona consultante, sea un niño o niña, una persona adolescente o adulta
- y la entrevista a familiares, principalmente los papás de un niño, o quienes más conocen a esta persona
Así mismo, para completar un diagnóstico oportuno, es importante que la persona sea evaluada por un equipo interdisciplinario.
Tratamiento
El tratamiento de las personas con TEA varía de acuerdo a la particularidad que presenta cada una; en general, se trata de un abordaje individualizado y multimodal, en el que se realiza una evaluación de su lenguaje y comunicación, una evaluación de su perfil cognitivo, sensorial, y también una evaluación médica para determinar si existen problemas concomitantes.
“No hay un tratamiento general para todas las personas con autismo, se debe conocer el perfil único y específico de funcionamiento de cada niño, sus fortalezas y sus desafíos”, señala la referente.
Dos principios importantes
Debe tenerse en cuenta que, cuanto más temprano es el diagnóstico, mejores serán los resultados de un tratamiento.
Además, el tratamiento debe ser intensivo, en cuanto a que todo el entorno debe conocer qué necesita la persona con TEA, cómo hablarle, como relacionarse y cuál es el ambiente que requiere, entre otras cosas.
“De esta manera, se contribuye a construir una sociedad más inclusiva, equitativa y comprometida con valores como el respeto, el amor y la ecuanimidad”, finaliza.
Dónde consultar
En la provincia de Córdoba, el hospital Pediátrico, el de Niños, y las maternidades se encargan de atender el desarrollo evolutivo de los y las pequeñas al nacer.
Además, para casos que requieren otro tipo de atención, existe profesionales que se desempeñan en la Red Provincial de Rehabilitación, dependientes de la Subsecretaría de Discapacidad, en los diferentes hospitales provinciales.
Conocé la red y formas de contacto, aquí.