Un estudio realizado por la licenciada en Economía Micaela Zamora, reciente graduada de la UNRC, reveló las brechas salariales y de oportunidades que existen entre mujeres y varones en el mercado laboral.

Según el estudio, en ciudad de Buenos Aires, Gran Córdoba y el Gran Río Cuarto, las mujeres tienen menos oportunidades laborales, sus salarios son más bajos que los de los varones y las posibilidades de acceder a cargos jerárquicos y con mejores sueldos siguen siendo prioridad para los varones.

La economista comparó los datos que difundió el INDEC de la ciudad de Buenos Aires, Gran Córdoba y el Gran Río Cuarto y puso en evidencia las desigualdades de género que surgen a partir de los trabajos feminizados, de la segregación vertical y horizontal, y de la brecha salarial.

Ni la ciudad de Buenos Aires, ni Córdoba, ni Río Cuarto presentan algún grado de igualdad entre varones y mujeres, concluye la investigación que realizó Micaela Florencia Zamora, en el marco de su tesis final de Licenciatura en Economía titulado «Discriminaciones de género en mercados regionales de trabajo».

Para ese trabajo, relevó la información oficial de todo un año, que difundió el INDEC a partir de la Encuesta Permanente de Hogares. El período elegido fue 2019 debido a que es previo a la crisis por la pandemia de coronavirus.

En diálogo con CÓRDOBA HOY, la economista señaló que “La participación de la mujer en el mercado de trabajo es menor a la masculina en todos los territorios analizados”, y agregó que, en cuanto a la brecha salarial, las mujeres tienen remuneraciones inferiores a la de los hombres en los tres territorios analizados.

Micaela Zamora, reciente graduada de Licenciatura en Economía de la UNRC

En este sentido, indicó que “en el Gran Río Cuarto los varones tienen un ingreso en promedio 31,6% mayor que las mujeres. Lo propio ocurre cuando se toma en cuenta el empleo y el desempleo o la informalidad y el subempleo, donde siempre la ecuación termina siendo desventajosa para las mujeres”, señaló Zamora.

Profundizando el enfoque de género, Zamora observó que Gran Córdoba y Gran Río Cuarto presentan las mayores diferencias de género. “Según la tasa de actividad y empleo, la diferencia entre mujeres y varones es mayor, siendo aproximadamente de 20 puntos porcentuales en cada aglomerado”, detalló.

Asimismo, agregó que en términos relativos la tasa de actividad femenina alcanza el 80,3% de la masculina en CABA, del 72,7% en Gran Córdoba y del 70,8% en Gran Río Cuarto.

Por otro lado, respecto a la tasa de desempleo, la economista advirtió que, si bien el Gran Río Cuarto tiene tasas de desempleo menores que las de Gran Córdoba, “la brecha entre géneros respecto al desempleo es mayor en el Gran Río Cuarto con un 60 por ciento más de desocupación en las mujeres que en los hombres”.

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En el Gran Río Cuarto la desocupación en las mujeres es un 60% más que en los varones

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Al ser consultada sobre los motivos de esta asimetría, la licenciada Micaela Florencia Zamora sostuvo: “Desde la corriente de la economía feminista se sostiene que para poder entender estos procesos de segregación es necesario tener en cuenta y entender cómo es la relación entre la esfera productiva y la esfera reproductiva. En este sentido, el trabajo doméstico no remunerado es un factor central a la hora de explicar la desigualdad por género”.

Explicó que “es la división sexual del trabajo el origen del resto de las desigualdades que se presentan en el mercado laboral y son los estereotipos de género los que reafirman estas desigualdades. De hecho, tienen implicaciones que son concretas en la vida económica de las mujeres, sobre todo en la disponibilidad que tienen para generar y disponer de los recursos”.

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“Es la división sexual del trabajo el origen del resto de las desigualdades que se presentan en el mercado laboral y son los estereotipos de género los que reafirman estas desigualdades”

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La licenciada señaló que los resultados del análisis relativo de las tasas de empleo y desempleo para hombres y mujeres pueden estar explicados por cuáles son los sectores productivos que generan mayores puestos de trabajo.

En ese sentido, planteó que “el comercio, la construcción y la industria son para Gran Córdoba y Gran Río Cuarto las ramas de actividad con mayor proporción de ocupados y, exceptuando al comercio, son sectores visiblemente masculinos”.

La investigación de la joven profesional universitaria revela que las ramas de actividad feminizadas -servicios domésticos, enseñanza y servicios sociales y de salud- representan para CABA el 38,5% del empleo femenino, mientras que para Gran Córdoba el 39% y para Gran Río Cuarto el 44,7%. “Los servicios domésticos constituyen un importante sector empleador para las mujeres de Gran Córdoba y de Gran Río Cuarto”, concluyó.

Por otro lado, mostró que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene al 10% de las ocupadas en actividades profesionales, científicas y técnicas, que se caracteriza por mejores condiciones salariales y bajos niveles de precariedad, informalidad y no registro. Ese índice es del 6,96% para el Gran Río Cuarto y del 4,29% para el Gran Córdoba, un dato que preocupa si se lo compara con CABA.

Menos mujeres en puestos jerárquicos

La investigación de la licenciada Zamora también se interesó por la proporción de mujeres y varones que ocupan puestos jerárquicos; es decir, lo que se denomina segregación vertical. Según señaló, esta brecha constituye uno de los mayores impedimentos en cuanto al crecimiento profesional y económico de las mujeres.

“La tendencia a nivel nacional e internacional es que la mujer suele quedarse en los niveles más bajos de la pirámide jerárquica, no suelen ascender”, afirmó la economista.

Explicó que este fenómeno tiene dos nombres: por un lado, está lo que se llama el piso pegajoso que es lo que describe las situaciones por las cuales las mujeres no logran salir de la base de la pirámide; y, por otro lado, el techo de cristal que representa esta imposibilidad de ascender y continuar en la escala jerárquica.

Aseguró que esta división sexual del trabajo tiene consecuencias tangibles en la vida económica de las mujeres. “Por un lado, tenemos la doble jornada laboral, donde las mujeres destinan tiempo no solamente a trabajar por una remuneración en el mercado laboral, sino que hacen trabajo no remunerado en el interior de sus hogares y, por otro lado, también trabajan en sectores que suelen ser más feminizados y que están relacionados con el cuidado de las personas (servicio doméstico, enseñanza, servicios de salud) y no están presentes en sectores donde la productividad es mayor y los salarios son más importantes como el industrial”.

“Se verifica que en todos los aglomerados existe una menor representación de las mujeres en los niveles jerárquicos más altos. Sin embargo, Gran Córdoba es el aglomerado que presenta menor brecha ocupacional. Allí los varones ocupan un 29,3% más de los puestos jerárquicos. En contraposición, para Gran Río Cuarto y CABA, los varones ocupan un 50% más que los puestos jerárquicos ocupados por las mujeres”, explicó.

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En Gran Río Cuarto los varones ocupan un 50% más que los puestos jerárquicos ocupados por las mujeres

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Mercado laboral del Gran Río Cuarto

La licenciada Micaela Florencia Zamora describió al mercado laboral del Gran Río Cuarto como una estructura productiva en donde predominan el comercio y los servicios, pero que depende del excedente producido por las actividades agropecuarias. Es decir que las rentas agropecuarias dinamizan el sector productivo de Río Cuarto porque se vuelcan a sectores como los comercios, servicios y la construcción.

Sostuvo que debido a que estos son los principales sectores que dan empleo, hacen que “el mercado laboral se caracterice por una alta proporción de empleo informal y no registrado. En cuanto a las mujeres, el 45% está empleada en los sectores de comercio, servicios de salud y educación y, sobre todo, una amplia proporción, en el servicio doméstico”.

Desde una perspectiva general, la licenciada concluyó que los territorios subnacionales con distintas jerarquías se encuentran inmersos en las mismas discriminaciones de género. “Ninguno de los aglomerados bajo estudio presenta algún grado de igualdad entre varones y mujeres en las categorías analizadas”, concluyó.

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