En diálogo con el programa radial NADA FAKE, el ex diputado Eduardo Fernández reflexionó sobre las acciones del Gobierno, que suspenderá cooperativas promoviendo un discurso de corrupción en las cooperativas.
Días atrás, el Gobierno informó que suspenderá a todas las cooperativas que fueron creadas entre 2020 y 2022 por supuestas irregularidades. “El Ministerio de Capital Humano va a depurar y controlar el padrón de cooperativas», dijo el vocero Manuel Adorni sobre la medida que alcanzará a miles de cooperativas del país. Frente a estas definiciones, el programa radial NADA FAKE dialogó con el ex diputado y referente de APYME, Eduardo Fernández, quien pidió que “todas estas medidas tienen que encontrar una respuesta del sector cooperativo, pero también de otros sectores PyME”.
“La primera sensación es que las justificaciones de esta medida están basadas en la mentira y en promover la idea de que, cuando hay actividades solidarias y productivas, se hacen a costa de los que pagan impuestos. La verdad es que no todas las cooperativas reciben aportes del Estado, sino que deben cumplir con todas las resoluciones de los organismos de contralor para mantener su matricula”, expresó el referente del cooperativismo nacional.
En ese sentido, el ex diputado señaló que “la palabra producción, PyME, cooperativa o economía social no ha sido nombrada nunca por el presidente Javier Milei y las desconoce”. Además, explicó que “donde no estuvo el Estado surgió una cooperativa como una herramienta de democracia económica”.
Sobre la forma en la que el cooperativismo surgió en la sociedad durante los últimos años, Fernández expresó: “El rol social de las cooperativas es importante, especialmente durante lo que fue la pandemia como sustento para tantos trabajadores. Además, son fundamentales para los Gobiernos de pequeñas y medianas localidades que trabajan en conjunto por ejemplo en la provisión de servicios o en políticas ambientales”.
Por último, apuntó contra el Gobierno de Javier Milei y su enfoque respecto a la economía social: “Atacar a las cooperativas es una definición económica, pero es claramente una concepción del ‘salvese quien pueda’ y de que son ‘todos sospechosos’. Es el negacionismo en toda su dimensión”.
