Los problemas con los que se encontró al asumir la nueva gestión municipal son muchos y complejos. Nuestra ciudad arrastra problemas sociales, de infraestructura y de servicios producto de la falta de planificación y de gestión que no son nuevos. Problemas de frecuencia, cobertura y costos del transporte público, dificultades en el acceso a los servicios de salud, agravamiento de hechos de inseguridad y violencia urbana, falta de desmalezado y mantenimiento de los espacios públicos, un servicio de higiene urbana costoso e ineficiente, crecimiento de los asentamientos irregulares, entre otros aspectos estructurales y básicos que afectan la vida cotidiana y el desarrollo de Río Cuarto y que se suman a los nuevos desafíos que enfrentan los gobiernos locales.

Sabemos que no existen las soluciones mágicas, pero transcurridos los primeros 100 días de esta nueva gestión, no hemos encontrado aún señales que indiquen que estamos encaminados a generar las transformaciones que la ciudad necesita.

Esto nos lleva a reflexionar respecto a las reformas de fondo que necesita la ciudad, reformas que abarcan aspectos institucionales, políticos y de gestión para contar con las herramientas necesarias para afrontar los desafíos actuales.

Para ello, son necesarios nuevos marcos institucionales que incluyen la reforma de la Carta Orgánica para adaptarla a las nuevas demandas ciudadanas, una descentralización más profunda y espacios que garanticen no sólo la escucha sino también la participación de la ciudadanía y las instituciones en la toma de decisiones y la planificación de la ciudad.

Hace falta también una gestión muy activa, que trabaje con creatividad, innovación y transparencia para poder ofrecer soluciones a los problemas más urgentes.

Uno de esos problemas, quizás el más grave, es el desmembramiento y la desigualdad social. Necesitamos un Estado que genere oportunidades de desarrollo personal y social a través de la educación y el trabajo, que ofrezca servicios públicos de calidad y que invierta en infraestructura para dar respuestas a la situación angustiante que atraviesa más de la mitad de la población de Río Cuarto que se encuentra bajo la línea de pobreza.

En estos primeros meses de gestión, el nuevo Intendente ha tenido que salir a tomar deuda para poder sanear las finanzas municipales. Es una señal preocupante, porque un municipio con déficit operativo difícilmente pueda atender a estos problemas urgentes y estructurales de la ciudad. Sin embargo, esperamos que, trabajando con las instituciones, invirtiendo los recursos de manera eficiente y responsable y modernizando el Estado, esta nueva gestión pueda iniciar las transformaciones que propuso durante la campaña y que la ciudadanía, con su voto de confianza, acompañó.

De nuestra parte, desde el rol de oposición, vamos a trabajar en lo que esté a nuestro alcance para contribuir a que el gobierno municipal pueda llevar adelante esas transformaciones y brindar respuestas efectivas a los problemas de la ciudad y sus vecinos.

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