Un informe de la Universidad Austral revela que solo el 43% de los hogares del país tiene al menos un menor de 18 años. La baja natalidad, la postergación de la maternidad y la situación económica, entre los principales factores.
Un reciente estudio elaborado por la Universidad Austral muestra un profundo cambio en la estructura familiar de Argentina: cada vez hay menos hogares con niños. Según el informe, apenas el 43% de los hogares en los principales centros urbanos del país tiene al menos un menor de 18 años. El 57% restante está compuesto únicamente por adultos.
Este dato refleja una tendencia que se ha ido consolidando en las últimas décadas. En 1991, más de la mitad de los hogares incluía niños, pero esa proporción ha ido disminuyendo de forma sostenida.
Entre las principales razones se destaca una fuerte caída en la natalidad. Desde 2014, la cantidad de nacimientos se redujo en más del 40%. Además, la tasa de fecundidad actual es de solo 1,4 hijos por mujer, muy por debajo del nivel necesario para asegurar el reemplazo generacional, que se estima en 2,1.
Otro factor importante es el cambio en la edad en que las mujeres deciden ser madres. Mientras que en décadas pasadas la mayoría de los nacimientos ocurría entre los 20 y 24 años, hoy se concentran entre los 25 y 34, con un notable aumento en el grupo de mujeres de entre 35 y 44 años.
El informe también advierte sobre las implicancias sociales de este fenómeno. Con menos niños en la población, surgen nuevos desafíos para las políticas públicas, el sistema previsional y el tejido social en general.
Especialistas señalan que, detrás de esta transformación, también influye la situación económica: muchos adultos postergan o directamente descartan la idea de tener hijos debido a la pérdida del poder adquisitivo y las dificultades para afrontar los costos de la crianza en un contexto económico adverso.
Este cambio de paradigma familiar plantea preguntas clave sobre el futuro del país y exige nuevas respuestas desde el Estado y la sociedad.