La capacitadora de FEHGRA, Elena Boente, está presente en Río Cuarto para encabezar un ciclo de charlas organizadas por la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Río Cuarto.
En la jornada del lunes, la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Río Cuarto fue sede del ciclo «Innovación y Nuevas Tendencias» dictado por la Federación Empresaria de Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (FEHGRA), evento que continuará con su último encuentro durante la tarde de hoy.
Dicha actividad es encabezada por la capacitadora de FEHGRA, la doctora Elena Boente, quien dialogó con CÓRDOBA HOY sobre la actualidad del turismo, la post pandemia, el aprovechamiento del potencial que genera la actividad en ciudades como Río Cuarto y también compartió su visión sobre la aplicación del programa PreViaje.
Córdoba Hoy: ¿Cómo se trabaja en turismo después de dos años y medio de pandemia? ¿Cómo está reaccionando la actividad frente a esto?
Elena Boente: Es un tiempo particular porque en el mundo y en Argentina se produjo un efecto de explosión de la demanda, cuando volvió el movimiento después de la pandemia, generando en el mundo una demanda de turismo que de enero a mayo de este año movilizó a 250 millones de turistas. Es un 60-70% de la temporada que se tuvo en 2019, que fue un año récord. Pero también el viajero no es el mismo de hace tres años atrás, la tecnología ha avanzado sobre todos, nuestros celular es la extensión de nuestro yo, por lo cual se debe pensar que esto genera un planteo por parte de las instituciones que representan al sector y también del sector público para aggiornarse a una tecnología que está al alcance de la mano, especialmente para los hoteleros que muestran sus instalaciones a través de estas plataformas.
C.H: En nuestra ciudad, hace algunos años que se está trabajando para transformarla en un destino turístico. ¿Es algo que se debe pensar independientemente de la ciudad que lo proponga?
E.B: Siempre está pendiente esto de pensar a ciudades como Río Cuarto como destinos turísticos, pero debe entenderse que todo aquel que pernocte en la ciudad viniendo desde otro lugar está haciendo turismo. El sector público suele identificar la actividad como un hecho de placer y descanso, pero turismo también hace alguien como yo que vengo a dar una charla o quien viene a participar de un curso, también alguien que viene a hacer negocios o a cuidar un familiar enfermo. No se tiene que ser el equivalente de Carlos Paz, porque el turismo se mueve en distintos nichos.
C.H: Justamente, en Río Cuarto se viene hablando de otro tipo de turismo: el turismo de reuniones.
E.B: Es que se trata de una actividad que ha tomado mucha fuerza. De hecho, los principales destinos del país tienen su propia agenda de convocatorias vinculadas a las reuniones. Ha crecido porque es un formato híbrido, que se vive presencial y virtualmente, convirtiéndose en un nicho que se ha replanteado un montón de cosas para subsistir en tiempos pandémicos. Pero claramente están los eventos deportivos que crecieron como forma de impulsar la economía y que derrama en diferentes actividades.
C.H: Entonces, ¿cada localidad debe contar con estrategias para aprovechar sus propias capacidades?
E.B: Hay que estar listos y abiertos a todo. Cuestiono seriamente lo que ocurre en muchísimas ciudades porque tienen una gran falta de preparación turística. Veo en Río Cuarto que existe una oferta muy linda, con muchos edificios que se han puesto en valor, pero no veo ni un cartel que explique qué es y qué se hizo allí. Ocurre igual en las plazas donde no se informa sobre sus historias. Poner un cartel no es algo costoso y hoy se puede hacer con un código QR. Ocurre que en muchos casos seguimos pensando con la cabeza paleolítica, con el concepto de entidad medieval.
C.H: Pensando en lo que fue la reactivación turística durante la pandemia del Coronavirus, ¿qué opinión le merece la aplicación del programa PreViaje que lanzó el Gobierno Nacional en 2020?
E.B: Subvencionar la demanda para hacer turismo es algo que me hace ruido. No estoy de acuerdo porque hay problemas para subsidiar cuestiones más fundamentales como el transporte, tal como ocurre en la Ciudad de Buenos Aires. Pero entiendo que ha sido una herramienta que sirvió mucho para despertar la actividad después del 2020. En el 2021 y hasta parte de las vacaciones de invierno impactó muy fuertemente. El Pre-Viaje 3 creo que va a tener un impacto relativo porque ha llegado tarde y se perdió en parte las vacaciones de invierno. Es probable que el que quiera utilizarlo en esta época se encuentre con destinos llenos. Hubiera focalizado el programa en otros destinos y otras actividades. Me parece que, si se aplica el año próximo, debe hacerlo en época de temporada baja y no cuando el turismo está en pleno movimiento.
C.H: ¿Se hace lo suficiente desde el Estado para trabajar la actividad?
E.B: Nunca el turismo ha sido tomado como política de Estado. Eso que los ingresos de divisas nos tenían en el cuarto lugar del ranking. Hoy nos están superando la exportación de servicios tecnológicos y nosotros generamos todavía más puestos de trabajo. Por otro lado, estamos un 30 o 40% por debajo de la actividad que tuvimos en 2019.
C.H: ¿Se debe trabajar en más alternativas para mejorar el turismo?
E.B: Claro, porque no se está aprovechando el potencial que tiene la actividad. Hay una zona de confort respecto a la rentabilidad que vienen generando las localidades turísticas y el miedo a cambiarlo. «Equipo que gana no se toca» es la frase que parece repetirse.