Según el último estudio publicado por la Universidad Católica Argentina, la pobreza en el país alcanzó a 18,4 millones de argentinos en el último trimestre del año.

El relevamiento de la UCA, indicó que el 43.8 % de la población en la Argentina es pobre, es decir, más de 18 millones de personas. Ese número surge de la suma de 35% de pobreza y el 8,8% de indigencia.

El registro que estableció el Observatorio de la Deuda Social Argentina establece una baja exigua respecto al 44,7% de pobres contabilizados en 2020.

El mismo informe indicó que la indigencia bajó un punto al pasar del 9,8% al 8,8% en el transcurso del último año y señala que hubo una caída de la clase media hacia la pobreza.

«Los programas sociales y las asistencias alimentarias no fueron suficientes para compensar el deterioro del bienestar durante el escenario COVID19. La reactivación económica ha producido un aumento en la demanda de empleo, pero se ha registrado una caída del ingreso real», destaca el estudio.

Asimismo, señala que «el aumento en la inversión pública y la mayor demanda de trabajo en los sectores informales han logrado estabilizar los niveles de pobreza y reducir la indigencia. A pesar de las mejoras en materia de infraestructura social, las desigualdades estructurales evidenciadas en el aumento de las carencias no monetarias han ido en aumento. No es la falta de políticas públicas lo que explica este empobrecimiento, sino la débil economía de los más pobres que anula su propia inversión».

Además, el informe resalta que «los avances segmentados en materia de infraestructura social dan cuenta de problemas socio-económicos acumulativos que requieren de cambios estructurales. Este proceso de segmentación afecta principalmente al sector informal, a los trabajadores de PyMes y a los trabajadores independientes».

«Las oportunidades de movilidad social parecen agravarse: convivimos en una sociedad de ganadores y perdedores sin reglas claras de juego. Una profunda reforma institucional del Estado es condición necesaria para salir de la crisis, acompañada de una voluntad política de diálogo que dé inicio a una gran transformación», es otra de las conclusiones del informe.

El impacto sobre la niñez

El relevamiento estimó que en 2021 el 64,9% de los niños/as y adolescentes vivían en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza, y el 14,7% en viviendas con ingresos por debajo de la frontera de la indigencia.

En 2020, la pobreza había llegado al 44,7%, y no escaló más allá por el impacto de medidas como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), con tres bonos de $10.000 para 9 millones de personas.

Salvia alertó que a la Argentina le tomará varios años volver a los niveles de pobreza del 2017, cuando el indicador estaba en 28%.

«El país enfrenta desde hace tiempo un problema económico estructural, de ecuación económica, que no es irresoluble, ni teórica, ni técnicamente hablando, pero la solución es de carácter político-institucional. Esto implica más y mejor ejercicio de la democracia económica, social y política, y construcción de coaliciones y liderazgos políticos a la altura de estas circunstancias» concluye.

Foto: El Economista

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