Con el objetivo de reivindicar su importancia, del 1 al 7 de agosto, todos los espacios de salud brindan información y desmitificaciones sobre primera comida en la vida de las personas.

Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), emitieron un comunicado bajo la premisa de la lactancia natural como “una responsabilidad compartida”.  

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Este hecho es determinante a la hora del desarrollo físico y psíquico del bebé. No obstante, a partir del sexto mes, se pueden introducir alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, mientras se continúa con la lactancia hasta los dos años.

Con respecto a la comparación de la leche materna y la industrial, desde la SAP expresaron: “La superioridad de la leche humana sobre cualquier otro alimento (como las leches de fórmula) para la nutrición y desarrollo del bebé durante los primeros meses de vida, ha quedado bien demostrada en numerosos estudios científicos”. Allí, se estima que hay una mayor probabilidad de sufrir riesgos en numerosos problemas de salud en aquellos niños no alimentados con leche materna. “Entre los que cabe resaltar un mayor riesgo de muerte súbita del lactante y aumento de la morbimortalidad durante el primer año de vida”, agregaron.

Por otro lado, la lactancia también previene las infecciones respiratorias y digestivas, “reduciendo el riesgo de hospitalización en ambos casos en 57% y 72%, respectivamente”. En ese sentido, a largo plazo también se puede contemplar una disminución de padecer sobrepeso y diabetes tipo 2. Asimismo, la persona que amamanta (madre), también goza de ciertos beneficios tanto emocionales como físicos. “La lactancia ofrece beneficios para la persona que la realiza ya que reduce el riesgo de cáncer de ovario y de mama con la continuidad en el tiempo de la lactancia”, manifestó la Sociedad Argentina de Pediatría.

Ley 26.873: un lugar para mamá

Esta norma tiene como objeto la promoción y la concientización pública acerca de la importancia de la lactancia materna y de las prácticas óptimas de nutrición segura para lactantes y niños de hasta dos (2) años.

En ese sentido, para que la lactancia pueda seguir sosteniéndose luego del sexto mes, se requiere del acompañamiento familiar, laboral, como también del Estado y de políticas públicas que permitan que pueda llevarse adelante.

En síntesis, la ley 26873 propone garantizar la promoción de la lactancia natural exclusiva y prácticas óptimas de alimentación en niños de hasta los seis (6) meses de edad; promoción de lactancia continuada y alimentación complementaria oportuna para niños de hasta dos (2) años de vida.

En consecuencia, se prevé que toda trabajadora en período de lactancia “podrá disponer de dos descansos de media hora para amamantar a su hijo en el transcurso de la jornada de trabajo y por un período no superior a un (1) año posterior a la fecha del nacimiento, salvo que por razones médicas sea necesario que la madre amamante a su hijo por un lapso más prolongado”.

En caso de que no pueda llevar a su hijo/a al lugar de trabajo, éste debe contar con un espacio adecuado (limpio, cómodo y privado) para la extracción de leche y posterior conservación en heladera.

Si bien esto es un derecho, aunque mínimo, se sabe que en muchos lugares no se cumple y debemos trabajar por el mismo. El primer paso para ello es visibilizarlo. El periodo de lactancia es irreversible, y su consumo marca la diferencia respecto a la calidad de vida de ese niño o niña en crecimiento.

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