Un análisis sobre los doce principales sindicatos revela que, salvo los mecánicos, la mayoría no logró recuperar poder adquisitivo: ferroviarios y empleados públicos fueron los más afectados.
Los datos del primer semestre de 2025 confirman una tendencia que ya se percibía en las negociaciones salariales: los ingresos de la mayoría de los trabajadores representados por los gremios más grandes del país quedaron por debajo de la inflación. Con una suba acumulada del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 80,2% entre enero y junio, solo un gremio logró cerrar paritarias que le permitieran superar ese porcentaje.
Se trata del SMATA, el sindicato de los mecánicos, que con acuerdos escalonados alcanzó un 89,8% de incremento semestral. El resto de los sindicatos evaluados —entre ellos los ferroviarios (Unión Ferroviaria), los trabajadores estatales (UPCN), los empleados del comercio (FAECyS), bancarios, docentes y camioneros— registraron aumentos que oscilaron entre el 52% y el 78%, por lo que perdieron poder de compra en términos reales.
Los sectores más rezagados fueron los estatales y los ferroviarios, cuyas paritarias acumularon 52% y 58,5% respectivamente, muy por debajo del índice de inflación. En el caso de los docentes, los aumentos llegaron al 60%, mientras que el gremio de Comercio, uno de los más numerosos del país, cerró el semestre con una mejora del 65%.
Camioneros, que históricamente ha tenido una fuerte capacidad de negociación, acumuló un 69% de incremento. En tanto, los bancarios y los metalúrgicos (UOM) superaron apenas el 70%, aún insuficiente para empatarle a la escalada de precios. La pérdida del poder adquisitivo se sintió incluso en gremios con paritarias activas o con cláusulas de revisión, ya que la inflación mensual sigue siendo alta, aunque con una tendencia a desacelerarse en el segundo trimestre.
Las cifras surgen de un relevamiento privado sobre los acuerdos firmados en el primer semestre, y reflejan un escenario complejo para los asalariados formales, aun dentro del sistema sindical. Si bien algunas negociaciones contemplaron sumas fijas o bonos extraordinarios, estos no siempre se computan dentro de los porcentajes paritarios, lo que dificulta la comparación directa.
De cara al segundo semestre, muchos gremios ya comenzaron a activar cláusulas de revisión y a exigir reaperturas de paritarias. En este contexto, las negociaciones prometen ser tensas: los sindicatos buscarán recuperar lo perdido en la primera mitad del año, mientras que las patronales —tanto estatales como privadas— advierten sobre limitaciones presupuestarias y la necesidad de anclar expectativas.
El resultado de las discusiones salariales del segundo tramo del año será clave para definir si 2025 terminará con un salario real recuperado o si la inflación volverá a marcar la cancha.