El indicador refleja la desconfianza de los mercados y encarece el financiamiento externo.
El riesgo país argentino cerró el martes 30 de septiembre en 1.228 puntos básicos, según el índice EMBI+ de J.P. Morgan, y alcanzó así su mayor nivel en lo que va del año. La suba del 9,25% respecto de la jornada anterior estuvo acompañada por una caída de hasta el 3% en los bonos soberanos en dólares.
Distintos informes privados marcaron una fuerte volatilidad, con valores que oscilaron entre los 1.140 y los 1.230 puntos. Analistas atribuyen la presión a la incertidumbre política, las negociaciones pendientes con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los desequilibrios fiscales y monetarios persistentes.
Un riesgo país en torno a los 1.200 puntos implica que la Argentina debe ofrecer tasas de interés significativamente más altas para acceder al crédito internacional, lo que limita su margen de financiamiento. La situación también repercute en el costo de endeudamiento de empresas privadas que buscan recursos en los mercados externos.
Mientras la Argentina enfrenta este repunte, otros países de la región exhiben niveles mucho más bajos: Brasil se ubica alrededor de los 260 puntos básicos y Uruguay en torno a los 120, lo que refleja la brecha de confianza en relación con sus vecinos.
Especialistas advierten que la evolución del indicador dependerá de las próximas definiciones del Gobierno en materia fiscal, cambiaria y monetaria, así como de su capacidad para generar confianza en los mercados. Entre los factores de atención destacan las discusiones sobre la “Fase 3” del programa económico, la dinámica inflacionaria y el rol del Banco Central en el manejo de la deuda soberana.