Las recientes declaraciones de Cristina Fernández de Kirchner respecto a su predisposición para presidir nuevamente el PJ han provocado reacciones diversas en el escenario político. Desde Córdoba, Manuel Calvo, ministro de Gobierno de la Provincia de Córdoba y referente de Hacemos Unidos por Córdoba, dejó clara la postura del peronismo cordobés frente a esta nueva movida del kirchnerismo.
A través de su cuenta de X, Calvo aseguró: «El peronismo de Córdoba nunca permitió que el kirchnerismo se apropie de nuestras ideas, de nuestros valores». Estas palabras reflejan una postura que el espacio peronista cordobés ha sostenido a lo largo de los últimos años, marcando distancias claras con el sector que encabeza la vicepresidenta.
La relación entre el PJ cordobés y el kirchnerismo ha estado marcada por diferencias de fondo. Para Calvo, la dirigencia de Córdoba «hace años que no participa de la vida interna del PJ nacional porque somos una provincia en la que nada tenemos que ver con el kirchnerismo». Esta separación no es nueva y responde a un estilo de gestión y visión política que difiere notablemente de la que caracteriza al ala kirchnerista.
El peronismo de Córdoba nunca permitió que el kirchnerismo se apropie de nuestras ideas, de nuestros valores.
— Manuel Calvo (@ManuelCalvoCba) October 8, 2024
Abro hilo
El ministro provincial también destacó los logros que, a su juicio, respaldan esta distancia: «El peronismo cordobés trabaja para que nuestra provincia siga creciendo, siga incrementando su superávit fiscal y primario, siga avanzando y siga fortaleciendo la articulación público – privada que nos permite generar más empleo». Para Calvo, este modelo de gestión, basado en la administración responsable de las cuentas públicas y en la colaboración con el sector privado, es una de las claves del éxito cordobés, y uno de los motivos por los cuales su espacio se siente ajeno a las dinámicas del kirchnerismo.
Un escenario nacional fragmentado
La convocatoria de Cristina Fernández de Kirchner para presidir el PJ nacional llega en un contexto de fragmentación dentro del movimiento peronista. La actual coyuntura, marcada por la cercanía de lo que dejaron las pasadas elecciones nacionales y la necesidad de recomponer la unidad dentro del partido, pone en el centro de la discusión qué tipo de liderazgo será el adecuado para enfrentar los desafíos futuros.
Mientras que sectores cercanos al kirchnerismo apoyan la posible vuelta de Cristina Fernández al liderazgo del PJ, otras facciones del justicialismo, como la cordobesa, plantean la necesidad de una mayor autonomía y de consolidar modelos de gestión alternativos que se enfoquen en resolver los problemas locales.
Córdoba, una provincia clave en el tablero político
El distanciamiento entre el PJ cordobés y el kirchnerismo tiene una importancia que trasciende las fronteras provinciales. Córdoba, como tercera provincia más poblada del país y con un fuerte peso electoral, se ha convertido en un bastión del peronismo que ha logrado consolidar un estilo propio de gobierno bajo la gestión de figuras como De la Sota, Juan Schiaretti y, más recientemente, Martín Llaryora.
Este «peronismo federal» que reivindica Calvo, y que se diferencia del kirchnerismo, podría jugar un rol clave en el reordenamiento del PJ de cara al futuro. A medida que se acercan las elecciones, la postura de Córdoba será crucial para entender cómo se reconfigura el peronismo a nivel nacional, y si es posible encontrar un punto de equilibrio entre las distintas facciones internas del movimiento.
El escenario está planteado: el peronismo nacional busca redefinirse, y Córdoba, fiel a su tradición, reafirma sus diferencias con el kirchnerismo.