El productor tambero Ricardo Osella manifestó que los anuncios del ministro de Economía son «una compensación para tratar de corregir los efectos negativos que provocó el dólar soja en la producción lechera». Sostuvo que el impacto real en el productor dista de ser como lo presentó Sergio Massa.

El Gobierno nacional anunció el programa Impulso Tambero, por el cual compensará a los productores el promedio mensual de litros de leche vendida entre los meses de octubre de 2021 y septiembre de 2022.

El programa consiste en otorgar una suma fija en pesos por litro de leche durante cuatro meses, de acuerdo a los siguientes rangos: Aquellos que hayan comercializado hasta 1.500 litros por día, percibirán $15 por litro.

En cambio, quienes hayan comercializado entre 1.501 y 5.000 litros por día, percibirán $10 por litro. El monto máximo de compensación estará en el orden de los $600.000 mensuales por productor o productora.

“El anuncio de Sergio Massa es de una compensación, no es ni un subsidio ni un aporte al sector. Es una medida que trata de corregir los efectos de decisiones desacertadas para los productores tamberos que tomó el Gobierno nacional a partir de la implementación del dólar soja uno y dos”, expresó Osella.

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Aseguró que el dólar soja, tal como lo habían anticipado las entidades rurales, distorsionó el mercado de granos aumentando el costo de las proteínas que consumen las vacas y los demás animales destinados a la producción como cerdos, pollos, gallinas ponedoras, etc.

Explicó que en los animales destinados a la producción se utilizan granos en la alimentación para balancearles la dieta. “Una parte implica brindarles energía para lo cual normalmente se utiliza maíz y otra parte de la alimentación es con proteínas que, por lo general, se hace con sojas o derivados de la soja”, precisó.

Señaló que lo anunciado por Massa, lejos de brindar una solución de fondo, solamente viene a tratar de subsanar o compensar ese dinero que perdió el productor, ya que se encareció el precio de los granos que utiliza para la alimentación de los animales. “Lo que pretende el Gobierno nacional es resarcir al productor por esa decisión política que afectó la actividad del tambero”, agregó Osella, quien advirtió que dichos anuncios hay que analizarlos en detalle porque el impacto en el productor no es tal como se lo presentó.

Remarcó que la actividad de la producción lechera viene atravesando diferentes crisis en nuestro país. En los últimos meses, más allá de problemáticas más históricas como el precio que se le paga al productor por el litro de leche, también sufrió las consecuencias de la sequía, lo cual derivó en la escasez de agua y la falta de pastoreo. Esto generó que al productor se le terminaran las reservas para alimentar al ganado.

Como si esto fuera poco, la implementación del «dólar soja» en sus dos versiones provocó una suba en los granos que los productores utilizan para alimentar a sus ganados, lo cual complicó aún más la crisis que viene atravesando el sector tambero.

En este marco, el ministro de Economía Sergio Massa anunció con bombos y platillos en Villa María el programa «Impulso Tambero». «Venimos a devolverle la mitad de lo que paga el sector en retenciones; casi 10 mil millones para sostener la capacidad de alimentación durante los próximos 4 meses», afirmó Sergio Massa en tierras cordobesas.

Inconsistencias del programa

Los productores tamberos advirtieron que el impacto de este programa no será tal como se lo presentó. En este sentido, Ricardo Osella indicó que la medida tiene un tope de $600.000 mensuales por productor (CUIL), por lo tanto, criticó la limitación al señalar que un productor que tiene con el mismo CUIL dos o tres tambos de 3.000 litros no entraría en el proceso de compensación, como así tampoco los tambos grandes que superan los 5.000 litros diarios.

“Si es una compensación… por qué poner esos límites y no hacerlo por todo lo que se produce. Si se están tratando de resarcir un daño provocado por el mismo Estado a la actividad lechera se debería compensar a todos los productores y por todos los litros, no solamente a algunos y con límites”, criticó Osella.

Por otra parte, sostuvo que al poner el límite de $600.000 cuando eso se aplica a un tambo de 5.000 litros (máximo dentro del programa) el Estado solamente le devolvería $4 por litro. Explicó que, si diariamente produce 5.000 litros, al mes serían aproximadamente 150.000 litros de leche, pero si el Estado devuelve como máximo $600.000, al dividir dicho importe por los 150.000 litros mensuales el resarcimiento de Estado es de $4 por litro y no de $10 como se anunció para los tambos de máxima categoría.

El productor también cuestionó que la noticia se presenta como un gran aporte del Estado que devolverá 10.000 millones de pesos al sector lechero, pero advirtió que “dividido en cuatro meses terminarán siendo unos 13 millones de dólares por mes, es decir, menos de la mitad de lo que se cobra retenciones a la exportación de leche”.

“Se anuncia que esto es un aporte del Estado, cuando en realidad es una devolución de la extracción que se le viene haciendo al sector lechero”, agregó Ricardo Osella.   

Coherencia macroeconómica

El productor lechero sostuvo que el sector atraviesa una crisis y para salir de dicha situación es necesario previsibilidad y coherencia macroeconómica con financiamiento importante a largo plazo.

“Esto es un parchecito, el problema es mucho más amplio, diverso y profundo”, dijo el productor quien agregó que “se habla del cierre de unos 400 tambos”, de un total de 10.000 tambos en el país.

Manifestó que, en términos generales y más allá de la problemática histórica del precio de la leche, los productores necesitan duplicar la inversión de tambo para lograr tener un buen retorno y dar el salto necesario que les permita revertir la situación. Señaló que esto es muy difícil de afrontar porque no hay créditos a largo plazo y tampoco previsibilidad económica.

Afirmó que si el productor contara con esas herramientas crediticias podría realizar un golpe de inversión para sumar nueva tecnología, aumentar la producción, pero remarcó que para eso “es necesario una coherencia macroeconómica que hace muchos años que no la tenemos”, concluyó.

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