La empresa que tiene a cargo del servicio de transporte de pasajeros de Río Cuarto manifestó su preocupación por la suba del gasoil que en la jornada de ayer reigistró otro incremento y pasó de $278 a $349 el litro.

En declaraciones a CBAHOY, Rodrigo Reineri, vocero de la SAT Ciudad de Río Cuarto, dijo que desde la empresa están en alerta por este aumento inesperado que se registró en el precio de los combustibles, situación que se agrava aún más con la devaluación que se registró el lunes con el cambio de dólar oficial.

Pasa que el inesperado salto de los combustibles luego de la devaluación del peso generó un cimbronazo en el transporte de pasajeros de todo el país porque golpea directamente en uno de los costos centrales de su funcionamiento.

En este sentido, Reineri adelantó que desde la empresa consignataria del servicio de transporte de pasajeros de Río Cuarto ya se reunieron con autoridades municipales para funcionarios para pensar una salida de emergencia.  “Nos reunimos con el secretario de Servicios Públicos de la Municipalidad de Río Cuarto en donde se le planteó la situación angustiante para la empresa a partir del incremento del 25% en el costo del combustible que afecta sobre manera la operatoria diaria del servicio”, precisó.

Agregó que, al margen de estos primeros encuentros con las autoridades, desde la SAT van a presentar una nota explicando cuál es la situación y los inconvenientes que generan en la operatoria diaria esta suba de los combustibles para poder sostener el servicio.

Respecto a cuál puede ser la salida a esta situación, dijo que por ahora no hay nada definido y están trabajando para tratar de acordar una propuesta. “Todo se está evaluando para ver cómo seguir de ahora en adelante”, afirmó.

Sucede que las alternativas para que la empresa de transporte de pasajeros recupere lo perdido por la disparada del precio del gasoil no son muchas y cada una tiene sus consecuencias. Una vía para recuperar el equilibrio de sus ingresos es a través de un aumento en el subsidio que recibe de los distintos niveles del Estado, mientras que la otra opción es una actualización del valor del boleto.

La primera podría ser la más fácil de resolver si el Estado municipal está dispuesto a seguir engordando los recursos que ya viene destinando al transporte público de pasajeros y asume el costo político, mientras que la segunda implicaría otro aumento al boleto, lo cual generaría mayor malestar social porque hace poco se actualizó la tarifa. 

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