El integrante del cuerpo técnico de la Selección Argentina, Pablo Aimar, brindó una charla magistral en la que compartió su visión sobre el fútbol formativo y la importancia de preservar el juego como un espacio de disfrute. Aimar volvió a resaltar lo que para él es la esencia del deporte: el fútbol como un juego puro, lleno de belleza, que no debería ser empañado por la presión y la ansiedad.

En el marco de la primera Capacitación para Entrenadores de Fútbol, realizada en un Centro 11 colmado de asistentes, Pablo Aimar, campeón del mundo y actual integrante del cuerpo técnico de la Selección Argentina de Juveniles, conversó con los periodistas, donde destacó su gratitud por el cálido recibimiento que siempre recibe en Río Cuarto, su ciudad natal. “En Río Cuarto me siguen tratando como si estuviera todos los días. Eso es de agradecer”, comentó emocionado.

Aimar fue claro al remarcar la importancia de acompañar a los jóvenes jugadores en su proceso de formación, destacando que el verdadero desafío de los entrenadores es ayudar a que los chicos puedan cumplir sus sueños. «El sueño mayor o el objetivo más grande desde este lugar ayudarle a que otro cumpla los suyos», señaló.

«La sinceridad como primera herramienta de explicarle que esto es así, futbolista profesional hay 1 de 100, pero el resto de los 99 pueden seguir jugando al fútbol, haciendo deportes, teniendo una vida plena sin haber sido el mejor jugador del mundo. Todos tenemos cuentas pendientes. A todos nos quedaron cosas sin hacer y esto pasa en todos los ámbitos de la vida, no solamente del deporte”, agregó.

Aimar también expresó su preocupación por la presión desmedida que enfrentan los jóvenes en el deporte, algo que en su opinión afecta tanto a su bienestar como a su rendimiento en la cancha. “Hoy a las 15 y 16 años escriben cosas por redes sociales. Tratamos de dialogar y hacerles ver que no es justificada la ansiedad y la presión, pero es entendible», afirmó. Sin embargo, rescató el valor del fútbol como un juego que debería ser disfrutado sin tensiones: “El fútbol como juego puro es hermoso, después entramos en todas esas cosas y es un juego en el que no podés jugar ansioso, tenés que hacerlo relajado”.

Durante la jornada, también se discutieron otros temas importantes para los entrenadores, como el entrenamiento sistémico, la generación de contextos que optimicen el aprendizaje y la formación de arqueros. La jornada incluyó clases teóricas por la mañana y actividades prácticas por la tarde en las canchas de fútbol sintético del predio.

Sobre el fútbol femenino, Pablo Aimar afirmó: “Creció un montón y va a seguir apoyado en infraestructura. Tengo dos sobrinas que juegan y aman jugar, no faltan a entrenar. El fútbol femenino va a seguir creciendo porque el fútbol como juego es hermoso”.

También habló de la importancia y característica del fútbol del interior: “Creo que el interior todavía tiene, el hecho de jugar en otros ámbitos que no sea el club, un chico en capital tiene una hora para ir a un lado y volver, en cambio en los pueblos todavía se juega mucho tiempo fuera del horario del club”.

Finalmente, Aimar dejó en claro que la pasión por el fútbol no solo se vive en las grandes urbes, sino que tiene un arraigo especial en el interior del país. “Los argentinos somos medio locos con el fútbol, hay clásicos y fútbol regional en un montón de lugares, pero acá se vive con una pasión particular”, concluyó.

Con su visión, Aimar no solo compartió su experiencia como exfutbolista y formador, sino que recordó a todos los presentes que, más allá de la profesionalización, el fútbol debe seguir siendo, ante todo, un juego hermoso.

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