En el predio del polideportivo municipal se desarrollan clases de natación para niños y adolescentes. Además, los adultos mayores disfrutan de la colonia de verano.

En las piscinas del predio polideportivo de la Municipalidad de Monte de los Gauchos se desarrollan las clases de natación para niños y adolescentes, desde principios de enero hasta fines de febrero. Las mismas están a cargo de la estudiante avanzada del Profesorado de Educación Física, Laurina Bonino. En paralelo, se desarrolla la Colonia de Verano para adultos, desde el 2 de enero hasta fines de febrero, a cargo de la licenciada en Educación y profesora en Educación Primaria María Alasia y las Masoterapeutas María Elsa Bonzanini y Mayra Moriondo.

Son 45 alumnos, de entre 4 y 13 años, los que asisten los días lunes, miércoles y viernes de 10:00 a 12:00. En las instalaciones municipales donde tienen el primer contacto con el medio acuático, realizan juegos y ejercicios técnicos de nado y aprenden los diversos estilos. Además, perfeccionan los distintos estilos: crol, pecho, espalda y mariposa, con fines competitivos, participando en diferentes torneos de localidades de la zona.

“Tratamos que en todas las clases, los nadadores aprendan desde lo lúdico y lo formativo”, concluyó Laurina Bonino, quien hace cinco años que trabaja en esta actividad.

Como cierre de la temporada, los alumnos compartirán un campamento.

Adultos Mayores

En el caso de la colonia de adultos mayores, asisten 18 personas, de entre 50 y 85 años de edad, los días martes y jueves de 18:30 a 20:30 hs. a las instalaciones municipales donde realizan actividad física, gimnasia en el agua, aprenden natación y se entretienen con el tejo, el truco y juegos didácticos de mesa.

“Son dos horas que nos olvidamos de los dolores”, comentó uno de los asistentes a la colonia mientras ejercita el cuerpo y la mente en una actividad lúdica.

Durante la jornada, los mayores comparten una rica merienda provista por el Municipio. De esta manera, la estación estival transcurre con alegría y entretenimiento, formando lazos de compañerismo, respeto y solidaridad.

“Para mí es gratificante ver cómo se divierten. Por eso, elijo cada verano estar con ellos, me llenan el alma”, compartió María Elsa Bonzanini, quien hace cuatro años que trabaja en la colonia.

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