A una semana del encuentro en Foz de Iguazú, el Presidente analiza su presencia según la agenda de diciembre. De participar, insistirá en flexibilizar las reglas del bloque y avanzar en acuerdos comerciales por fuera del esquema actual.
A días de la Cumbre del Mercosur que se realizará el próximo 20 de diciembre en Foz de Iguazú, el presidente Javier Milei evalúa asistir al encuentro regional y volver a plantear su postura a favor de una mayor apertura comercial del bloque. Desde su entorno confirmaron que la participación del mandatario no está descartada, aunque quedará supeditada a las actividades previstas para la semana próxima.
Según trascendió desde Casa Rosada, Milei tiene en agenda la cumbre encabezada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, con quien mantiene un vínculo distante. No obstante, fuentes oficiales aclararon que la confirmación final dependerá del cronograma presidencial, que se encuentra cargado durante el cierre del año.
En caso de concretarse su presencia, el jefe de Estado insistirá con la necesidad de introducir cambios estructurales en el Mercosur. El planteo central apunta a flexibilizar las normas internas que hoy impiden a los países miembros negociar acuerdos de libre comercio de manera individual sin el aval del resto del bloque. “De ir, volverá a insistir con las bondades del libre comercio y con la posibilidad de que cada país pueda abrirse comercialmente”, señalaron desde el entorno presidencial.
La posición no es nueva. En junio pasado, durante la Cumbre de Líderes, Milei ya había propuesto avanzar hacia un esquema más flexible, al cuestionar lo que definió como una “cortina de hierro” que limita el potencial exportador de los países miembros. En aquella ocasión, reclamó mayor autonomía para aprovechar las ventajas comparativas de cada economía.
Otro de los ejes que podría ocupar un lugar central en la cumbre es el demorado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, una negociación que lleva más de dos décadas sin resolverse. Tanto el Gobierno argentino como el brasileño coinciden en la necesidad de destrabar ese entendimiento. Lula da Silva, de hecho, anticipó recientemente que el acuerdo podría firmarse el 20 de diciembre, pese a las resistencias que aún persisten en algunos países europeos, como Francia.
En Balcarce 50 ven con expectativa la posibilidad de avanzar en la eliminación de aranceles, la creación de una zona de libre comercio y la definición de reglas que beneficien a ambos bloques. En paralelo, también fue bien recibido por la administración libertaria el acercamiento de Lula a Donald Trump, lo que abrió la puerta a una eventual nueva visita de Milei a Estados Unidos para recomponer vínculos tras su ausencia en un reciente evento oficial en Washington.
Así, con la asistencia todavía en evaluación, el Gobierno se prepara para llevar nuevamente al Mercosur una agenda que tensiona el equilibrio interno del bloque y reaviva el debate sobre su rumbo futuro, entre la integración regional y la apertura plena al comercio global.


