El Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) reveló que en agosto el 58% de los hogares de Córdoba no logró acceder a la canasta básica y el 72% de quienes sí lo hicieron dependió de programas estatales. La inflación y la tensión cambiaria marcan el panorama económico.

En Córdoba, provincia que suele reflejar la media nacional, la situación social se agravó durante agosto: el 58% de las familias no logró cubrir la Canasta Básica Alimentaria. Entre los hogares que sí pudieron hacerlo, el 72% lo consiguió gracias a la ayuda estatal, a través de programas como la Asignación Universal por Hijo (AUH), la Tarjeta Alimentar y políticas provinciales.

El informe revela además que el 50,4% de los hogares eliminó alguna comida diaria, en la mayoría de los casos la cena. En el 31% de las casas, al menos una persona pasó hambre sin poder saciarlo, mientras que en casi el 20% hubo días en los que directamente no hubo alimentos disponibles. Un 19% de las familias tuvo que recurrir a pedir comida o dinero para poder alimentarse.

Desde el plano macroeconómico, la combinación de una inflación en ascenso, un tipo de cambio tensionado y políticas monetarias contractivas configuran un escenario complejo. Si no se logra estabilizar el dólar, la presión sobre los precios podría continuar. La economía, que ya muestra signos de enfriamiento en el consumo, podría profundizar esta tendencia si los aumentos persisten en alimentos y servicios básicos.

En la microeconomía, la foto es clara: más hogares dependen de ayudas estatales, se endeudan para comprar comida y reducen la calidad de su dieta. Esto no solo impacta en la coyuntura inmediata, sino que compromete la salud nutricional y las posibilidades de desarrollo de las familias a mediano plazo.

El contexto político también suma incertidumbre. Este domingo 7 de septiembre se celebran las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires. El resultado tendrá impacto en la economía y los mercados: un buen desempeño del oficialismo reforzaría la confianza en la continuidad del actual esquema económico, mientras que un triunfo opositor podría anticipar cambios de rumbo con movimientos en el dólar y los precios en los días posteriores.

Agosto confirmó que la economía argentina sigue atrapada en una dinámica donde el dólar define la inflación y condiciona el bolsillo de las familias. Con la inflación nuevamente por encima del 2% mensual y un fuerte endeudamiento para poder alimentarse, el desafío del Gobierno es doble: estabilizar las expectativas económicas y reforzar la red de contención social que hoy evita un deterioro mayor.

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