El retroceso en la cantidad de empleadores formales refleja el impacto del ajuste económico. La caída de ventas, el aumento de costos y la retracción del consumo golpean con fuerza al sector productivo.
El impacto del nuevo modelo económico ya se hace sentir con fuerza en el entramado productivo del país. En los primeros cinco meses del 2024, más de 13.000 pequeñas y medianas empresas dejaron de operar, de acuerdo con registros oficiales de la AFIP.
El dato surge de la comparación entre la cantidad de empleadores registrados en diciembre de 2023 (539.362) y mayo de este año (526.278), lo que representa una disminución de 13.084 unidades productivas. Se trata de un indicador clave sobre la pérdida de dinamismo económico y la destrucción de puestos de trabajo, especialmente en sectores que dependen del mercado interno.
Desde el Gobierno explican este fenómeno como parte de una transición hacia una economía “más ordenada y competitiva”, aunque reconocen que las medidas de ajuste generaron un fuerte impacto en los primeros meses. Mientras tanto, desde el sector pyme alertan sobre un escenario crítico para muchas empresas que no lograron sostenerse frente a la caída de ventas, el encarecimiento de los costos y la reducción del consumo.
Empleo registrado y actividad en retroceso
El retroceso en la cantidad de empleadores se da en un contexto de contracción generalizada. Según cifras del Ministerio de Trabajo, el empleo formal privado cayó 0,7% entre abril y mayo, con una pérdida de casi 44.000 puestos en ese lapso. En términos interanuales, el descenso fue del 2,5%, lo que equivale a más de 150.000 empleos menos que el año anterior.
El escenario también se refleja en el Índice de Producción Industrial Pyme, que mostró retrocesos en sectores clave como alimentos y bebidas, calzado, textiles y metalurgia.
Perspectivas en tensión
La Secretaría de Industria se encuentra en diálogo con cámaras empresariales para definir medidas de alivio, aunque todavía no hay anuncios concretos. Desde entidades como la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) remarcan la necesidad de políticas específicas para evitar una mayor sangría de empresas, especialmente en el interior del país.
Mientras tanto, se consolida una tendencia que preocupa: cada semana cierran comercios, talleres, fábricas y emprendimientos familiares que no encuentran un horizonte de recuperación en el corto plazo.