En diálogo con CÓRDOBA HOY, Victoria Cháves Álvarez y Eugenia Nuñes de Moraes, dos de las cuatros jóvenes, comentaron su experiencia como futuras partícipes de la competencia internacional que tendrá lugar los días del 3 al 11 de julio en Al Ain.

Agustina Visotto de la Escuela Secundaria Nº10 José Manuel Estrada de Olavarría y Marina Milagros Scaravaglione del Colegio Nacional de Buenos Aires, son las demás jóvenes que viajarán a los Emiratos Árabes junto a Chávez Álvarez y Nuñes de Moraes.

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La Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Río Cuarto, es la sede de la Olimpíada Argentina de Biología (OAB). Por lo que las jóvenes, han estado viajando a la Capital Alterna de Córdoba a realizar el certamen nacional para, finalmente, poder ser seleccionadas como las representantes de Argentina en la Olimpiada Internacional de Biología.

Cabe destacar que dicho certamen, es el tercero de previos (colegiales e intercolegiales). Quiénes pasan las primeras etapas son quienes vienen a la UNRC a rendir el certamen definitivo. Hubo estudiantes de todo el país.

Victoria Cháves Álvarez realiza sus estudios secundarios en el Instituto Agustiniano de San Andrés, ubicado en la localidad San Andrés, al norte del Gran Buenos Aires.

Cháves expresó que su interés por la biología cobró fuerza “al empezar en las Olimpiadas”, ya que, si bien siempre le gustó, no le parecía relevante.

Ya por el año 2020, en su segundo año del secundario, la joven decidió anotarse a las Olimpiadas. Desde allí, expresó, “me preparaba todos los años en el colegio con mis compañeros de equipo y mis profes de olimpiadas, solíamos tener 2/3 clases a la semana”.

El trabajo y esfuerzo no fue en vano, ya que, años después, fue convocada a participar en los certámenes selectivos.

“Desde que me anoté supe de las olimpiadas internacionales, pero a pesar ser ambiciosa lo dejé en segundo plano; siempre pensé en disfrutar de la instancia en la que me encontraba en ese momento. Cuando se me dio la posibilidad de participar en los selectivos, retomé mi ambición y empecé con todo”, precisó Cháves.

En conclusión, la joven manifestó que, durante dicha experiencia: “Conocí a muchas personas y tuve experiencias muy lindas. Dejé de pensar solo en lo referido con la competencia y aproveché esta gran oportunidad para divertirme y aprender”. Además, remarcó que, detrás de la fachada, “estoy acá gracias a un gran equipo”.

Por otro lado, Eugenia Nuñes de Moraes, estudia en la Escuela Municipal Paula Albarracín de Sarmiento. La misma se encuentra a en Olivos, Buenos Aires.

La joven comenzó describiendo su experiencia diciendo que, participar de la IBO, “significa que logré cumplir algo que quería desde hace años y de alguna manera me había propuesto”. También precisó que le parece “muy enriquecedora”, ya que plantea dedicarse a la biología en el futuro.

No obstante, al igual que Cháves, Eugenia resalta que, además de ser una competencia (con todo lo que implica), la experiencia trae emparejado “compartir con otras personas que tienen gustos en común: la biología”. “Me genera un sentimiento de pertenencia estar entre personas con las que comparto estos aspectos”, agregó.

En cuanto a su preparación, la joven de Olivos reconoce que, “tienen mucho que ver con esto los profesores que tuve a lo largo de mi vida”, y añadió que fue un proceso “más bien lento”. “En segundo año, mi profesora de biología de ese entonces, Corina Scally, me incentivó a anotarme en las OAB”, comentó.

Además, Nuñes de Moraes, expresó que otro factor que influyó en su preparación, fueron sus compañeros de equipo. “Los tres somos super curiosos. Nos preparó durante un par de años Gael Sampedro, ex olímpico internacional (ex alumno del colegio al que asisto) que viajó a Irán en 2018 para competir en IBO”, subrayó.

Al finalizar, Eugenia expresó: “Olimpiadas no es lo único que hacemos a diario, y como tal no podemos dedicar el 100% de nuestro día a estudiar biología”. Por lo que la idea de que dicha competencia implica estar las 24 horas del día encerrado en una habitación estudiando, está muy lejos de la realidad.

No obstante, esto tampoco significa que el saber llega por arte de magia a nuestras mentes. Hay un proceso y horas de dedicación detrás. Pero también hay una vida, y eso implica realizar otras actividades y experiencias por fuera de la ciencia.  

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