La Sociedad Rural de Río Cuarto (SRRC) explicó que la carne de vaca que se vende a China no es la que se consume en nuestro país. Razón por la cual reiteraron que son desacertadas las restricciones a las exportaciones que determinó el Gobierno nacional.

La semana pasada, la SRRC organizó un asado para periodistas y comunicadores con el objetivo de mostrar que la carne de vaca que se vende a China es distinta a los cortes de vaquillona que se consumen en nuestro país.

Este encuentro se llevó a cabo en un contexto marcado por las críticas de los diferentes sectores de la producción e industrialización a las restricciones establecidas para la exportación de carne vacuna y tras conocerse una nueva caída en el consumo de carne en nuestro país.

Si bien los precios de los principales cortes vacunos mostraron rebajas en julio y agosto, la pérdida de poder adquisitivo de la población, así como los aumentos de la carne en los meses previos por sobre la inflación general, determinaron una reducción del consumo per cápita de 2,44 kilos en un año.

En este marco, la Sociedad Rural de Río Cuarto (SRRC) organizó un asado para periodistas con la particularidad que fue una parrilla con dos tipos de carne: cortes de vaca que se vendía a China y, por otro lado, distintos cortes de vaquillona de consumo interno.

Para que los periodistas comprendieran en qué consistían las diferencias y cuál era el mensaje de la Sociedad Rural, la cena también contó con una explicación que brindó Omar Barlasina, responsable de ganadería de la SRRC.

Durante el encuentro, Omar Barlasina indicó que la vaca que se exporta a China es de animales más viejos, grandes y que ya dejaron de ser reproductivos, por eso es la carne es más dura y amarillenta debido a que el animal está mucho tiempo alimentado a pasto. En cambio, “la carne que comemos en Argentina corresponde a un animal mucho más joven que tiene un promedio de 2 años y el cual ya entró en un sistema de alimentación (feedlot), por eso tiene una grasa blanca, otra coloración y es lo que nos gusta a nosotros”, señaló Barlasina.

Más allá de los gustos y características, el responsable de Ganadería remarcó que son dos productos totalmente diferentes. Una carne es la que se consume en el país y la otra la que se exporta. “Lo que pasa es que es mucho lo que se lleva China, más del 60%, pero no tiene nada que ver con nuestro consumo. Por eso decimos que no tiene sentido cerrar las exportaciones”, afirmó.

Por tales motivos, el directivo rural dijo que “esta decisión ya fue tomada y tuvieron durante 11 años las exportaciones cerradas. Si fuese este el camino correcto, la carne no tendría que haber aumentado y debería haber habido mucha carne. Sin embargo, no hubo mucha carne y el precio aumentó”.

Respecto a las restricciones impuestas por el Gobierno nacional, el directivo manifestó que no sabe si dichas decisiones son tomadas por desconocimiento del sector o por una cuestión ideológica. Y destacó que “son muchas divisas las que deja la balanza comercial con China, ya que se lleva el 60 por ciento de las exportaciones. Es un comercio ávido porque son 1400 millones de personas que les empezó a gustar la carne, la proteína animal, entonces es un mercado que no tiene techo”.

Omar Barlasina manifestó que nuevamente se ha perdido una importante oportunidad porque Brasil y Uruguay están en condiciones de exportar carne, incluso indicó que éste último ya exporta más carne que Argentina.  

Hemos perdido mucho tiempo, nunca es tarde, pero tendríamos que dejar de lado la famosa grieta y pensar que la carne argentina sigue siendo una gran oportunidad, más para nuestra región, ya que genera trabajo y fomenta la actividad productiva.

Por último, el dirigente rural manifestó que hay expectativa en que el productor ganadero pueda estar sentado en la mesa de toma de decisiones. “Es fundamental que nos escuchen porque la única forma de tener más carne es teniendo más vacas, porque así nacen más terneros. Tiene que estar el productor ganadero en donde se toman las decisiones”, concluyó Omar Barlasina.

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