Estudiantes secundarios y universitarios se movilizaron por las calles de Río Cuarto en conmemoración de los 48 años de La Noche de los Lápices, exigiendo mejores condiciones para la educación pública y rechazando los recortes en el presupuesto educativo.

La marcha, organizada por la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), contó con el apoyo de gremios locales y concluyó con un festival en el predio del Andino.

El reclamo estudiantil no solo rememoró la brutal represión que en 1976 terminó con la vida de jóvenes estudiantes que luchaban por el boleto estudiantil gratuito, sino que también puso en primer plano la crisis actual en el sistema educativo. Durante la movilización, los estudiantes denunciaron la falta de presupuesto para la educación pública y se manifestaron contra el ajuste a los jubilados. Un tema central en las demandas fue la deuda que mantiene la provincia de Córdoba con el Boleto Educativo Gratuito interurbano, que pone en riesgo este derecho fundamental para miles de jóvenes.

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La semana pasada, estudiantes de distintos niveles educativos también se vieron obligados a marchar para evitar la suspensión del Boleto Educativo interurbano, un beneficio que resulta crucial para el acceso a la educación, especialmente para aquellos que deben trasladarse desde zonas rurales o localidades cercanas. La UES advirtió sobre las consecuencias de no garantizar el derecho al transporte gratuito para los estudiantes. «Muchos jóvenes dejarán de venir a estudiar a la UNRC», habían reclamado la semana pasada. Finalmente la situación se normalizó y nunca se cortó el beneficio.

La Noche de los Lápices: un pasado que sigue presente

El 16 de septiembre de 1976, en La Plata, diez jóvenes integrantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) fueron secuestrados por las fuerzas de la dictadura cívico-militar-eclesiástica en un operativo que pasaría a la historia como «La Noche de los Lápices». Los jóvenes, que reclamaban por la implementación del boleto estudiantil gratuito, fueron trasladados a centros clandestinos de detención, donde muchos de ellos fueron torturados y asesinados. Daniel Racero (18), María Claudia Falcone (16), Francisco Muntaner (16), María Clara Ciocchini (18), Horacio Hungaro (17) y Claudio Acha (17) fueron algunos de los estudiantes que no sobrevivieron. Otros, como Emilce Moler y Pablo Díaz, lograron sobrevivir y fueron testigos de los horrores que vivieron aquellos días oscuros.

La represión de la dictadura buscó silenciar las voces de quienes, como los estudiantes de la UES, se atrevían a reclamar por sus derechos. Sin embargo, el legado de aquellos jóvenes sigue vivo en cada movilización y en cada lucha que busca una educación pública gratuita y de calidad.

«Los lápices siguen escribiendo»

A 48 años de aquellos crímenes, la marcha de los estudiantes en Río Cuarto es un recordatorio de que las demandas por el acceso a la educación no han perdido vigencia. «Los lápices siguen escribiendo» fue una de las consignas centrales de la movilización, que vinculó el pasado de lucha por el boleto estudiantil con el presente, en el que estudiantes de todo el país enfrentan nuevos desafíos en la defensa de sus derechos.

Foto: Radio UNRC

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