Datos oficiales confirman una fuerte destrucción de puestos de trabajo en el sector industrial. En un foro clave, los empresarios apuntaron al avance de China y reclamaron reformas, mientras Patricia Bullrich fue ovacionada por su rol en la agenda laboral del Gobierno.

La crisis de la industria argentina empieza a mostrar cifras consolidadas y preocupantes. Desde el inicio del gobierno de Javier Milei, el sector perdió al menos 126.000 puestos de trabajo, un retroceso que especialistas advierten difícilmente pueda ser absorbido por otras actividades de la economía. El dato encendió alertas en el empresariado y fue uno de los ejes centrales de debate en uno de los encuentros industriales más importantes del año.

Según el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), desde diciembre se destruyeron alrededor de 40.000 empleos registrados en la industria. Sin embargo, al sumar trabajadores no registrados y no asalariados, la Cuenta de Generación de Ingreso del INDEC eleva la cifra a 126.000 empleos perdidos durante la actual administración. La comparación surge del segundo trimestre de este año frente al mismo período de 2023, y si se midiera contra el cierre del gobierno anterior, el número sería aún mayor.

Economistas especializados advierten que el impacto trasciende lo coyuntural. “La destrucción del empleo industrial es un problema serio porque no está claro qué sector podrá absorber esos puestos”, señaló Martín Alfie, fundador de Misión Productiva. Aunque actividades como la energía y la minería aparecen como ganadoras en el actual esquema económico, su capacidad de generación de empleo es limitada.

La preocupación se trasladó al seminario ProPymes, organizado por el grupo Techint en el Centro de Convenciones de Buenos Aires. Allí, la palabra que más se repitió entre los empresarios fue China. El acelerado ingreso de productos del gigante asiático, en un contexto de apertura comercial, afecta a múltiples ramas industriales, desde el acero y las autopartes hasta bienes de consumo y estructuras prefabricadas.

“Podemos competir con empresas de la región, pero no contra un Estado”, afirmó Lucas Salvatore, director de IDERO, aludiendo al respaldo que reciben las firmas chinas. En la misma línea, referentes del sector advirtieron que la guerra comercial global empuja a China a redireccionar excedentes hacia mercados abiertos como el argentino, mientras las importaciones de acero crecieron cerca de un 80%.

Otro de los temas que atravesó el debate fue Vaca Muerta. Para algunos industriales aparece como una oportunidad de reconversión frente a la caída del consumo y el freno de la obra pública; para otros, corre el riesgo de convertirse en una oportunidad perdida si no se desarrollan políticas que permitan agregar valor a los recursos naturales.

El cierre del encuentro tuvo un fuerte contenido político. Paolo Rocca, CEO de Techint, compartió escenario con la senadora Patricia Bullrich, quien recibió varias ovaciones pese al duro diagnóstico del sector. El respaldo empresario se explica por su rol como impulsora de la reforma laboral del Gobierno en el Congreso, una iniciativa que el Ejecutivo pretende tratar con rapidez, pero que ya enfrenta el rechazo de la oposición y los sindicatos.

Mientras la CGT anunció una movilización para repudiar el proyecto, los industriales reclamaron además una reforma tributaria más profunda. Rocca pidió una “apertura inteligente” que proteja la estructura productiva nacional y advirtió sobre la presión impositiva que enfrentan las empresas. Bullrich, en tanto, sorprendió al reconocer que experiencias pasadas de apertura acelerada generaron problemas y aseguró que el oficialismo intenta evitar ese camino, una moderación que, por ahora, no termina de reflejarse en las decisiones concretas.

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