El reemplazo se confirmó por redes sociales y vuelve a poner bajo la lupa a un dirigente con décadas en el organismo recaudador, atravesado por sumarios internos y causas judiciales que marcaron su trayectoria.

El Gobierno nacional aceptó la renuncia de Juan Pazo a la Dirección Ejecutiva de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y designó en su lugar a Andrés Vázquez, un funcionario de extensa carrera en el organismo fiscal pero con antecedentes que generaron fuertes cuestionamientos dentro y fuera del Estado. La novedad fue comunicada oficialmente por el Ministerio de Economía, que indicó que Pazo decidió retomar actividades en el ámbito privado.

La llegada de Vázquez a la cúpula de ARCA reaviva una controversia que ya se había manifestado cuando, en octubre de 2024, fue nombrado al frente de la Dirección General Impositiva. Aquella designación avanzó sin el respaldo de figuras clave del gabinete de entonces: ni la titular de la AFIP, Florencia Misrahi, ni el ministro de Economía, Luis Caputo, ni el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, firmaron el decreto correspondiente. El aval político quedó reducido al presidente Javier Milei y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Con más de 35 años de trayectoria en el organismo recaudador, Vázquez acumuló a lo largo del tiempo múltiples sumarios administrativos e incluso causas penales, de las que logró salir sin condenas. Sin embargo, su patrimonio y sus declaraciones juradas fueron motivo recurrente de observaciones internas. En 2010, se detectó que poseía cerca de 500 mil dólares en cuentas radicadas en paraísos fiscales que no habían sido declaradas, un episodio que impactó de lleno en las oficinas donde se desempeñaba.

Años más tarde, en 2023, fue absuelto en una causa vinculada a cuentas ocultas luego de que países como Curazao, Luxemburgo y los Países Bajos no respondieran a los exhortos judiciales enviados desde Argentina. En ese contexto, declaró un patrimonio que incluía más de 10 millones de pesos en efectivo, 2,2 millones de dólares depositados en Estados Unidos y una decena de propiedades en el país, cuya conformación atribuyó a ingresos propios, herencias y donaciones.

De perfil bajo y escasas apariciones públicas, Vázquez vuelve ahora a ocupar un lugar central en el esquema de control fiscal del Gobierno, en una decisión que no pasa desapercibida y que promete reabrir el debate sobre los criterios políticos y técnicos detrás de los nombramientos en áreas sensibles del Estado.

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