Las líneas de mayor retraso en los pagos son las tarjetas de crédito (4,85%) y los préstamos personales (7,19%). La irregularidad no se detiene y ya alcanzó «niveles no vistos desde la pandemia».
Según datos dados a conocer el último viernes por el Banco Central (BCRA) la morosidad en los créditos a familias argentinas alcanzó un nuevo récord en julio, escalando al 5,7%.
Se trata de la cifra más alta desde que esa entidad comenzó a llevar ese tipo de registros, allá por el año 2010. El dato anterior, correspondiente a junio, ubica esa variable en el 5,1%.
Este incremento, que representa el noveno mes consecutivo de crecimiento en la irregularidad, se dio en un mes marcado por la volatilidad de las tasas de interés y un freno en los créditos al sector privado.
Julia Strada, diputada nacional de Fuerza Patria y referente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en un análisis en redes sociales difundido también por Noticias Argentinas (NA), destacó que la irregularidad en los créditos al sector privado muestra una tendencia ascendente ininterrumpida «alcanzando niveles no vistos desde la pandemia de COVID-19».
Las líneas crediticias que más morosidad tienen son los préstamos personales y las tarjetas de crédito, con incrementos que, en algunos casos, duplican los valores de diciembre de 2024:
Préstamos personales: la irregularidad pasó de 3,28% en diciembre de 2024 a 7,19% en julio de 2025.
Tarjetas de crédito: Sufrió un aumento significativo del 1,74% en diciembre de 2024 a 4,85% en julio de 2025.
Créditos prendarios: Ascendieron de 1,92% en diciembre de 2024 a 2,75% en julio de 2025.
¿Conclusión? Las familias no pueden pagar sus deudas: la morosidad es la más alta en 15 años por tarjetas y préstamos.
Distinto es el caso de los créditos hipotecarios, que mantuvieron una tasa de irregularidad baja e incluso menor a la de junio (0,9% vs 1% el mes anterior).