La investigadora Zoé Del Bel, de la UNRC, descubrió el rol de hormonas vegetales en la dormición de semillas. Su trabajo podría reducir la brecha del 34% entre el rendimiento esperado y el real del cultivo en Argentina.
Una investigación desarrollada en la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) y en colaboración con el Instituto Experimental de Botánica de la República Checa logró un avance clave para la producción de girasol. La doctora en Ciencias Biológicas Zoé Del Bel identificó cómo determinadas hormonas vegetales regulan la dormición de semillas, un fenómeno natural que impide la germinación incluso en condiciones favorables y que provoca importantes pérdidas económicas.
El girasol es uno de los principales cultivos de Argentina, pero enfrenta una brecha de rendimiento del 34% respecto a su potencial máximo. Según explicó Del Bel, este problema está vinculado a la dormición, que limita la germinación y afecta la implantación del cultivo. “Comprender estos mecanismos es fundamental para mejorar la calidad de las semillas y aumentar la productividad”, señaló.
El estudio se centró en dos hormonas vegetales: las giberelinas (GAs) y los brasinoesteroides (BRs). Se comprobó que actúan de manera conjunta para estimular el crecimiento del embrión de la semilla y permitir la germinación. La investigación también analizó la interacción de otras fitohormonas y compuestos que participan en este proceso.
Uno de los aportes más originales de la tesis fue la cuantificación de brasinoesteroides endógenos en semillas de girasol, un dato sin antecedentes previos. Este resultado fue posible gracias al trabajo conjunto con el laboratorio checo, referente internacional en la medición de hormonas vegetales.
Además, se evaluó el efecto de distintos reguladores de crecimiento. Entre ellos, el ethephon fue el único que logró inducir la germinación en líneas de girasol con dormición a cosecha. Esto permitió profundizar el conocimiento sobre cómo se modifican los niveles hormonales y de compuestos oxidativos en las semillas.
La investigación, dirigida por la doctora Ana Vigliocco y codirigida por la doctora Andrea Andrade, se realizó en el Instituto de Investigaciones Agrobiotecnológicas (INIAB), de doble dependencia UNRC-CONICET.
Para Del Bel, el camino recorrido fue tan desafiante como formativo: “Pese a las dificultades con insumos y materiales, pudimos obtener hallazgos valiosos que abren una nueva línea de investigación en la regulación de la germinación y dormición en semillas de girasol”.
Con este aporte, la ciencia local suma herramientas para reducir pérdidas económicas y fortalecer la producción de girasol en Argentina, consolidando el rol de Río Cuarto como polo académico y científico en la región.