Un relevamiento en la Universidad Nacional de Río Cuarto expuso cómo muchas personas identifican consumos problemáticos en su entorno, pero no en sí mismas. Falta de información, naturalización de ciertos hábitos y desconocimiento sobre dónde pedir ayuda son algunas de las barreras detectadas.

Una investigación realizada en la casa de estudios local reveló desde el uso excesivo de redes sociales a apuestas por Internet. De tabaco y alcohol a marihuana y cocaína. De mirar el celular mientras se comparte el desayuno a la automedicación con psicofármacos.

Los datos surgen de un trabajo de investigación-acción desarrollado durante ocho meses por dos residentes de la Residencia Interdisciplinaria en Salud Mental (RISAM) del hospital San Antonio de Padua. El informe fue presentado por el psicólogo Santiago Cervella y la psiquiatra Rocío Repezza, quienes recopilaron 514 respuestas a un formulario online y varias entrevistas en profundidad a estudiantes, docentes y nodocentes de la comunidad universitaria.

El estudio mostró que el 71% de quienes respondieron pertenecen al claustro estudiantil, con mayoría de mujeres (66%) y fuerte participación desde la Facultad de Ciencias Humanas. Uno de los aspectos más llamativos fue la diferencia entre lo que las personas reconocen en sí mismas y lo que ven en otros: es más fácil detectar consumos problemáticos ajenos que propios.

Además, más de la mitad dijo no saber a quién acudir si necesita ayuda, mientras que un 30% afirmó que sí existen espacios de acompañamiento en la universidad. En la misma línea, un 71% manifestó no conocer las actividades de autocuidado que se ofrecen, como deportes y talleres recreativos.

“Hay una naturalización del consumo que muchas veces impide reconocer cuándo se vuelve un problema”, explicaron los investigadores. Situaciones como gastar la beca en apuestas online, o no poder despegarse del celular incluso en momentos de descanso, fueron mencionadas como señales de alerta.

Daniela Milanese, trabajadora social de la Secretaría de Bienestar de la UNRC, destacó que el enfoque es integral y sin estigmatización: “El objetivo es ayudar a quien la esté pasando mal”.

Para quienes necesiten orientación, el Programa de Prevención de Consumos Problemáticos de la UNRC ofrece asistencia confidencial. Se puede llamar al 4676131 o escribir a pconsumosproblematicos@ac.unrc.edu.ar. También se puede contactar a Sedronar al 141, una línea gratuita disponible en todo el país.

La UNRC prevé renovar próximamente su vínculo con el área de salud mental del hospital San Antonio de Padua para fortalecer las acciones de prevención y asistencia.

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