El conocimiento que los participantes adquieren en los talleres es el punto de partida para una inserción laboral y una herramienta más para potenciar el desarrollo y crecimiento personal.

Dos trayectos educativos de la Uni Barrial fueron visitados por el equipo de gestión de la UNRC. En este marco, Nancy Irusta, Martín Uicich y María José Ganum fueron recibidos en la Casa Cura Brochero, donde coincidieron la presentación de una feria de prendas para bebés y niños y el inicio del taller de Moldería Industrial para confeccionar ambos de trabajo.

También llegaron al sindicato de Luz y Fuerza, lugar en que los estudiantes del tercer nivel del taller de Electricidad están preparando el examen que en noviembre rendirán ante el Ente Regulador de Servicios Públicos (Ersep) para matricularse como electricistas.

Frente al alumnado y al equipo docente, la coordinadora Irusta llevó tranquilidad y reafirmó el compromiso de la actual gestión en una educación de calidad y sin aranceles para el estudiante. “Continuamos trabajando – expresó- a la espera de la aprobación en el Consejo Superior del proyecto nuevo”. Asimismo, hizo saber del deseo de los talleristas de capacitarse en motos de alta cilindrada y dijo que esta propuesta “nos indica que la calidad de los contenidos ofrecidos es buena y han tenido resultados positivos, por lo que nos están exigiendo mayor complejidad”.

En la actualidad la Uni Barrial desarrolla varios talleres. Al de Diseño, moldería y confección le restan ocho clases para finalizar el año. El de Mediadores, que se despliega por convenio con la Defensoría del Pueblo y se realiza en el hotel Menossi, concluye los últimos días de octubre, al igual que el de sóftbol. Además del referido de Electricidad está el taller de Soberanía Nacional en la Cocina, cuyo cursado se completa en noviembre. Ya se acabaron los de Aire Acondicionado y de Arreglo de motos de baja cilindrada.

“Nos estamos preparando para la entrega de certificaciones que será a mediados de diciembre, sabemos que es importante para los que asisten a los talleres recibir la certificación que les permite acceder a mejores condiciones laborales”, adelantó Irusta.

Trama productiva

La Casa Cura Brochero es donde hilos, agujas, telas, centímetros y moldes toman forma de prendas en cada una de las ocho clases que componen los módulos. Irusta destacó que los estudiantes han aprobado una serie de módulos en Diseño de nivel inicial, nivel medio y días atrás comenzaron uno de Diseño, moldería y confección de ropa para trabajo.  “Van a iniciar con un básico que es la confección del ambo, el pantalón y la chaquetilla de trabajo”, agregó.

El alumnado puede hacer módulos por separado o el trayecto completo a lo largo del año. “Hay mucho interés y mucha demanda de formaciones en este tipo de prendas”, informó su profesora, Silvia Argüello, quien acotó que los cursantes son de Río Cuarto y localidades como General Deheza y Melo.

En el recorrido de la exposición de ropa para bebés y niños confeccionada en el taller, las alumnas compartieron algunos comentarios:

«Aprendí a hacerles las prendas a mis hijos. Entonces ahorro plata, ya no necesito ir a comprar porque con lo aprendido me es suficiente», aseguró Ivana Castro. «Aprendimos a usar las máquinas y los tipos de telas que hay para confeccionar y quiero agradecerles por este curso que fue muy lindo y productivo», manifestó Jimena Lagos. «Nos da la base para un buen emprendimiento», resaltó Angie Gómez.

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