Así lo expresó el obispo de la diócesis local, Adolfo Uriona, al referirse a la situación social que devino del intento de magnicidio perpetrado contra la vicepresidenta. Asimismo, se mostró en contra de una ley que busque controlar los discursos de odio.
Tras el acto en el que el Obispado de la ciudad se sumó al programa de separación de residuos del Tribunal de Cuentas, el obispo Adolfo Uriona dialogó con la prensa y brindó su perspectiva sobre los últimos acontecimientos de la agenda nacional, especialmente sobre las reacciones al intento de asesinato contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“Uno hubiera querido que lo ocurrido llevara a una superación de la grieta y todavía parece que no. Es una pena que una situación gravísima como esta no lleve a una toma de conciencia y trabajar en común”, expresó Uriona.
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Por otro lado, se mostró preocupado por la actualidad, signada por el choque político entre dos sectores diferenciados, y aseguró que “estamos en una situación preocupante”. Y agregó: “Siempre se alerta desde el episcopado a trabajar en la unión y en el diálogo, por lo que debemos seguir insistiendo en eso”.
Respecto al debate generado por un proyecto de ley que apunta a ponerle freno a los discursos de odio, el obispo expresó una postura crítica. “Todo lo que busca controlar genera reacción y malos resultados, como ocurrió con el plan económico. Se debe buscar conciencia y buena voluntad de los actores sociales”, señaló.
Finalmente, Uriona habló sobre la salida de la situación de crisis en la que se encuentra el país. “Es posible salir de esta situación, porque el argentino tiene una gran capacidad de resiliencia aun en una situación de inequidad”, afirmó.
Asimismo, habló de la posibilidad de retornar a la conformación de una gran mesa institucional que trabaje en soluciones frente a las crisis, tal como ocurriera durante el estallido social del año 2001. “Creo que deberíamos reditar un camino de diálogo entre todos”, dijo.