El dato surge del estudio de “Evolución de Precios – Década 2012 / 2022”, elaborado por el Departamento de Estadísticas y Tendencias del Centro de Almaceneros, Autoservicios y Comerciantes Minoristas de Córdoba. El poder adquisitivo de la gente para comprar carne cayó un 60% en 10 años.

Según dicho relevamiento, en ese período los alimentos básicos tuvieron un incremento de 3.133%, siendo los de mayor incidencia los últimos dos años, mientras que el salario mínimo vital y móvil solamente subió 1.593% y las jubilaciones el 1.796%.

En mayo de 2012 con el valor equivalente a un (1) Salario Mínimo Vital y Móvil se podía comprar 60 kg. de carne vacuna, mientras que en 2022 solamente 24kg. Es decir, el poder adquisitivo de la gente para comprar carne cayó un 60% en 10 años. De igual manera, cuando en 2012 con un Salario Mínimo Vital y Móvil se podía comprar 467 litros de leche, en 2022 solamente alcanza para adquirir 240 litros. En este caso, el poder adquisitivo cayó un 48%.

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“Los salarios y las jubilaciones fueron los ítems los grandes perdedores de la última década”

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Según el informe del Departamento de Estadísticas de los Almaceneros, el producto alimenticio que registró la mayor suba durante el último decenio fue la harina de maíz (polenta) con 4.811 %. En tanto, el menor movimiento fue registrado en fideos secos con un incremento de 1.834%.

Leche: Comparación del poder adquisitivo con un salario mínimo vital y móvil en 2012 y en 2022

En cuanto a bienes generales (integrantes de la Canasta Básica Total – medidos sobre igual periodo de tiempo), el Gas Envasado por 10 kgs. lideró el ranking con un incremento de 4.310 %, mientras que la Nafta Súper con una suba de 1.940 %, fue el ítem con menor crecimiento en 10 años.

Desde el Centro de Almaceneros de Córdoba indicaron que el presente análisis se pretende graficar de una manera práctica y sencilla, “una de las causas del sostenido crecimiento de los índices de pobreza e indigencia, cada vez que los bienes básicos esenciales incrementan su valor de manera exponencial – y no lo hacen de manera individual, sino impulsados por equívocas decisiones políticas y económicas – mientras que los salarios, desfasados en el tiempo, enajenados del dólar – gran regente de los precios de bienes de consumo – se “disuelven” cada vez a mayor velocidad”.

Informe de Evolución de Precios

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