El mensaje grabado de Javier Milei buscó moderar el tono tras la derrota en Buenos Aires, pero los mercados reaccionaron con cautela y el dólar sigue presionando al Banco Central.
El mercado cambiario volvió a tensionarse este lunes luego de que el presidente Javier Milei presentara en cadena nacional el proyecto de Presupuesto 2026. En un discurso grabado de 15 minutos, el mandatario buscó transmitir moderación y aseguró que el nuevo plan contempla mayores partidas para jubilaciones, salud, educación, discapacidad y universidades nacionales, junto a un superávit primario y equilibrio fiscal total.
Sin embargo, el mensaje no logró disipar las dudas del mercado. Tras una jornada en la que los bonos en dólares cayeron más del 6% y el riesgo país trepó a 1.200 puntos básicos, el dólar cripto se disparó a $1.510, por encima de la franja de flotación establecida. Según Coinmonitor, la cotización refleja que la confianza de los inversores continúa deteriorada.
El dólar mayorista también se movió al alza y cerró en $1.467, a menos de $7 del límite superior de la banda cambiaria ($1.473,40). En la city porteña destacan que la presión recae sobre el poder de intervención del Banco Central, que debe sostener la franja con reservas que ya se redujeron en u$s461 millones este lunes, tras pagos a organismos bilaterales.
Federico Filippini, de Adcap Grupo Financiero, analizó que “el presupuesto mantiene un sesgo optimista” y que el discurso presidencial difícilmente tenga impacto inmediato hasta que se conozcan los detalles del escenario macroeconómico.
Mientras tanto, el MEP y el contado con liquidación (CCL) superaron los límites de la banda oficial y cerraron a $1.488,06 y $1.500,53 respectivamente. En paralelo, el mercado de futuros refleja expectativas de devaluación: los contratos a octubre –posteriores a las elecciones legislativas de medio término– se ubicaron en $1.544.
La gran incógnita ahora pasa por la sostenibilidad de las bandas cambiarias hasta las elecciones. Aunque el Gobierno ratifica que no habrá modificaciones, la presión de los mercados y la caída de reservas ponen a prueba la estrategia oficial.


