Pese a una inflación que muestra signos de desaceleración, las ventas en los principales canales comerciales volvieron a retroceder. La caída del poder adquisitivo, el aumento del desempleo y una recuperación económica que no llega a los hogares explican el freno en el consumo.

Tras tres meses consecutivos de leve recuperación, el consumo masivo volvió a registrar una caída en junio, afectando principalmente a las ventas en supermercados y canales mayoristas. Según datos de la consultora Scentia, ambos segmentos retrocedieron un 6,4% en comparación con el mismo mes del año anterior.

El informe indica que, si bien en lo que va de 2025 el consumo acumula un aumento marginal del 0,4%, la tendencia muestra señales de agotamiento. Esta desaceleración ocurre en un contexto de inflación a la baja, pero con ingresos familiares que no logran recomponerse, y un mercado laboral que aún no muestra signos firmes de mejora.

En el mes de junio, el consumo general cayó un 0,8% interanual, pese a que la comparación se realiza sobre una base ya debilitada por la contracción del año pasado. La presión sobre el poder adquisitivo, sumada al incremento del desempleo —que alcanzó el 7,9% en el primer trimestre del año— y a una pobreza persistente (38,1% en el segundo semestre de 2024), explica en parte el freno al consumo.

El relevamiento abarcó más de 8.000 puntos de venta en todo el país, incluyendo supermercados, autoservicios, mayoristas, farmacias, e-commerce y kioscos. Entre los pocos rubros que mostraron un desempeño positivo se destacan las ventas online, que crecieron un 14,6%, y las farmacias, con una suba del 5,6%.

En contraste, el consumo en supermercados y autoservicios cayó un 2,4% respecto a junio de 2024. Aunque algunos indicadores económicos reflejan cierto repunte —como la industria manufacturera (+5,8% en mayo) o la producción automotriz (+33,8% en junio)—, esos avances todavía no se trasladan al consumo diario de los hogares.

El freno al gasto en bienes esenciales, como alimentos, productos de limpieza y artículos de primera necesidad, refleja que el ajuste económico todavía se vive con fuerza en la vida cotidiana.

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