Desde el inicio del fin de semana largo, los combustibles en todo el país sufrieron un nuevo incremento, y Río Cuarto no fue la excepción. En la ciudad, el precio de la nafta Súper en las estaciones de servicio YPF alcanzó los $1.271 por litro, mientras que la Infinia se elevó a $1.521. Por su parte, el Diesel 500 se comercializa a $1.285 y el Infinia Diesel a $1.501. En tanto, el GNC ya se encuentra en $699 por metro cúbico.

Este ajuste, que comenzó a regir el sábado 1 de marzo, se debe a la recomposición de márgenes de las petroleras y al aumento de impuestos a los combustibles que el Ejecutivo nacional oficializará mediante un Decreto en el Boletín Oficial. Aunque desde el Ministerio de Economía aseguraron que el impacto del incremento impositivo será del 0,4% —muy por debajo de la inflación de enero de 2025—, la realidad es que el alza en los combustibles ya afecta de manera directa el costo de vida de los ciudadanos.

El impacto del aumento de los combustibles no se limita únicamente a quienes poseen vehículos particulares. La suba de los precios repercute en toda la economía, encareciendo el transporte de bienes y servicios, lo que podría derivar en nuevos incrementos en los productos básicos de la canasta familiar.

«Cada vez que la nafta aumenta, al poco tiempo vemos reflejado el impacto en los precios de los alimentos y otros productos esenciales», expresó Juan Gómez, un comerciante del centro de la ciudad. «Los proveedores trasladan esos costos al consumidor final, y eso nos afecta a todos», agregó.

Los trabajadores que dependen del uso del automóvil o la moto para su labor diaria también sienten el impacto en su economía personal.

En un contexto inflacionario donde el poder adquisitivo ya está golpeado, el aumento del combustible representa una preocupación extra para los riocuartenses. Con sueldos que no logran seguir el ritmo de la inflación y con costos que no dejan de subir, estos pequeños aumentos complican aún más la economía doméstica.

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