Un estudio en Río Cuarto revela alarmantes cifras sobre el tiempo que los jóvenes dedican a los juegos en línea y la creciente tendencia hacia las apuestas. La falta de contención familiar y el uso del dinero personal son factores clave en esta problemática.

El 38,8% de los adolescentes de Río Cuarto dedica más de tres horas diarias a juegos en línea, y un 12% participa en apuestas, según la última Encuesta de Percepción de la Realidad Económica y Social (EPRES). El estudio, realizado por el Centro Coordinador Regional de Estadísticas (CeCRE) del Consejo Económico y Social, analizó los hábitos digitales de 895 personas de entre 11 y 23 años, incluyendo estudiantes y docentes.

La encuesta también revela que el 26,5% de los jóvenes usa su mesada para gastar en actividades relacionadas con los juegos en línea, mientras que otros recurren a ingresos informales o a la venta de objetos personales. Además, se identificaron diferencias significativas por género: el 16,8% de los varones apuesta, frente al 5,2% de las mujeres.

El informe sugiere que la falta de apoyo familiar influye en estas conductas. Aquellos jóvenes que no apuestan perciben mayor atención y ayuda por parte de sus padres, lo que contrasta con quienes sí lo hacen. Docentes y autoridades educativas destacan la necesidad de fortalecer el rol parental y ofrecer talleres preventivos en las escuelas, como actividades artísticas, charlas de concientización y espacios de escucha.

Otro dato preocupante es la falta de recursos específicos para abordar la ludopatía. Aunque el 35,2% de los adolescentes considera que aconsejar a un amigo sería una buena forma de ayudar, apenas el 12,2% optaría por buscar asistencia profesional. Esto refleja la necesidad de promover una mayor conciencia sobre la importancia de recurrir a especialistas y de contar con redes de apoyo emocional.

La investigación aporta un diagnóstico clave sobre los desafíos que enfrentan los jóvenes en relación con los juegos en línea y las apuestas, y subraya la urgencia de abordar esta problemática desde una perspectiva integral que involucre tanto a las familias como a las instituciones educativas.

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