En este Día Internacional de las Mujeres, distintas agrupaciones feministas, políticas y sociales marcharán como cada año para pedir que se declare la emergencia por violencia de género, reclamar por mayor igualdad laboral y para expresarse en contra del acuerdo con el FMI.

Una de esas organizaciones motoras de la movilización en distintos lugares del país es Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), espacio que convoca a marchar bajo el lema: “La deuda es con nosotras y nosotres, no al acuerdo con el FMI y declaración urgente de una emergencia NiUnaMenos”.

En diálogo con CÓRDOBA HOY, Betiana Cabrera Fasolis, coordinadora de Mumalá Córdoba, dijo que este #8M “es un día de lucha, para celebrar todas las conquistas y para exigir y reclamar por los derechos que nos faltan”.

En este 2022, aseguró que “la situación de las mujeres y las disidencias nos encuentra en nuestro país atravesando una profunda crisis socioeconómica que es imposible de soslayar, por lo cual, no solamente MuMaLá, sino todos los colectivos organizados del feminismo y del arco político estamos utilizando como slogan: La deuda es con nosotras y nosotres como una forma de discutir la coyuntura política en nuestro país y de lo que se está debatiendo hoy por hoy que tiene que ver con el acuerdo con el FMI”.

Cabrera Fasolis dijo que como colectivo feminista están en contra de tener un acuerdo que “condicione el crecimiento económico de nuestro país”, pero que además “afecte a los sectores más vulnerables y populares”, sobre la base de “más ajustes y aumento de las tarifas”, impactando y agravando “la inflación y desocupación que tenemos”.

En este plano, señaló que “todavía no está resuelta la brecha salarial”, lo cual implica “menor acceso de las mujeres y de las disidencias a los trabajos formales”.

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“Nosotras no solamente no cobramos lo mismo que los varones por el mismo trabajo, sino que además accedemos a peores trabajos. Y a esto también hay que sumarle un proceso de feminización de la pobreza que no se detiene, sino que se acrecentó durante la pandemia”

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Violencia de género

Desde Mumalá señalaron que la otra gran deuda que existe con las mujeres tiene que ver con la violencia de género. “Por eso estamos exigiendo la emergencia de género de Ni una Menos, para que se pongan en marcha todas las políticas integrales vinculadas a la prevención, promoción y erradicación de la violencia de género en nuestro país”, expresó la militante social y feminista.

Respecto a esta problemática de la violencia en nuestro país, Cabrera Fasolis dijo que se avanzó bastante. “Hemos sabido poner en agenda pública y política la temática. Los cambios se fueron dando a fuerza de nuestras exigencias, no obstante, lo que nosotras exigimos es un profundo cambio cultural y para lograrlo -considerando que es un problema de un sistema machista y patriarcal en el que vivimos todos y todas- es necesario el accionar responsable de los Estados y los gobiernos”.

En este punto hizo un profundo llamado de atención a la Justicia, a la cual consideró “una institución terriblemente elitista, machista que re-victimiza y todas sus malas praxis las pagamos con la vida las mujeres y las disidencias”.

Por otra parte, el reclamo de esta movilización también tiene que ver con las partidas presupuestarias contra la violencia de género. “Creemos que no solamente no están puestas las partidas presupuestarias necesarias para estas políticas integrales, sino que además muchas veces se sub-ejecutan como es el caso del Ministerio Nacional de las Mujeres”, cuestionó Betiana Cabrera Fasolis.

Otra de las demandas está vinculada a la falta de cifras oficiales sobre los casos de violencia. “Somos las organizaciones las que seguimos contando los femicidios y las violencias”, indicó la coordinadora de Mumalá, a la vez que señaló que es algo preocupante porque sin datos no se puede gestionar.

También aseguró que es un problema la falta de celeridad en la aplicación de políticas que tiendan a subsanar la vulnerabilidad económica de las mujeres en situación de violencia. “Generalmente las mujeres que sufren algún tipo de violencia han perdido su autonomía económica, lo cual las hace más vulnerables y por eso exigimos políticas integrales”, indicó.

La mirada en el varón

Desde el colectivo Mumalá también exigen que se pongan en marcha dispositivos para la atención de varones. “Tenemos un problema porque históricamente hemos planteado y dicho qué tenían que hacer las mujeres: denunciar, darse cuenta cuando está atravesando una situación de violencia, salir de esa relación y empoderarse”. Sin embargo, “desde hace mucho tiempo no decimos nada sobre qué hacemos con estos varones violentos, qué hacemos que muchas veces están denunciados por violencia física, psicológica o económica, pero que todavía no son femicidas”.

Sobre este punto, Fasolis señaló que desde el Observatorio Nacional de Mumalá han detectado que en el 2021 “el 20% de los femicidios, el femicida estaba denunciado, es decir, que ese porcentaje de las mujeres asesinadas habían dado parte a la Justicia, al Estado y al Gobierno para que las ayudara, pero no las pudo proteger”.

Cambio cultural

Betiana Cabrera Fasolis consideró que, para revertir esta situación de violencia en un contexto social signado por el machismo y el patriarcado, y en donde los espacios de poder siguen siendo ocupados en su mayoría, por no decir casi todos, por varones, los cambios deben venir desde la praxis política.

“El cambio debe surgir a partir de las exigencias al Estado y a las instituciones en los espacios que nos toque atravesar, a partir de comprender que las cosas pueden ser distintas y se pueden modificar”, dijo la referente feminista y agregó:

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“El machismo y el patriarcado son constructos socio-históricos que vienen desde el comienzo de la humanidad, no obstante, justamente como son construcciones se pueden revertir y generar otro tipo de sociedades”

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Aseguró que hay cosas que no se dicen o que molestan, pero lo cierto es que “el machismo nos afecta principalmente a las mujeres, es decir, nos viola, nos acosa y nos vulnera a las mujeres, ahora tampoco es que los varones se la llevan tan de arriba. Recordemos que las causas de los varones jóvenes en nuestro país son las accidentales y la violencia urbana, mientras que la secunda causa es el suicidio”.

Aseguró que esto tiene que ver con que “existe un mandato de la masculinidad hegemónica que dice que para ser un varón en esta sociedad hay que ser el macho proveedor, pero también el que se la banque en la esquina, frente a sus pares, que pueda resolver violentamente todos los conflictos y por supuesto, que no tiene que llorar y no puede decir que está triste y deprimido, como así tampoco decir que necesita dispositivos de salud mental. Entonces este modelo también afecta a los varones y los perjudica”.

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