Fieles de distintas parroquias participaron este lunes de la tradicional procesión y misa en la Plaza San Martín. El obispo Adolfo Uriona destacó el mensaje de esperanza de la Virgen y pidió que las reformas laborales no vulneren derechos. Estuvieron presentes autoridades municipales y provinciales.
Una gran cantidad de fieles de la ciudad y la región participó este lunes 8 de diciembre de la celebración de la Inmaculada Concepción, patrona de Río Cuarto y de la Diócesis local. Como cada año, la jornada comenzó con la concentración frente a la Iglesia Catedral y continuó con la procesión hacia la Plaza San Martín, donde se desarrolló la misa central.
La ceremonia estuvo presidida por el obispo Adolfo Uriona en el marco del Año Jubilar 2025. Bajo un cielo despejado, la plaza se colmó de feligreses y contó con la presencia del intendente Guillermo De Rivas, el legislador Juan Manuel Llamosas y otras autoridades civiles y militares.
Durante su homilía, Uriona afirmó que “en la Inmaculada Concepción, Dios nos dice que el mal no tiene la última palabra” y sostuvo que la Virgen es “la enemiga absoluta de la desesperanza”. En ese sentido, subrayó que la festividad se vincula con el lema “Peregrinos de la Esperanza”, al destacar que María “es la Madre de la Esperanza”.





El obispo trazó un paralelismo entre el relato bíblico del Génesis y el Evangelio para señalar que el miedo y la fragilidad humana contrastan con la plenitud atribuida a María. Además, recordó que el título “Llena de Gracia” expresa la identidad profunda de la Virgen y llamó a los creyentes a confiar en que “en medio de nuestras luchas, Dios camina con nosotros”.
Uriona también hizo referencia al contexto socioeconómico del país y pidió que la reforma laboral “no vulnere derechos” y brinde soluciones ante el aumento del trabajo informal.
Al finalizar la misa, el obispo impartió la Bendición Papal con Indulgencia Plenaria, extendida tanto a quienes asistieron a la celebración en la plaza como a quienes siguieron la ceremonia desde otros espacios.


