La empresa despidió a 10 empleados de planta permanente y otros 8 trabajadores aguardan definiciones. La pérdida de empleos golpea a la economía local y genera preocupación en la comunidad.
La fábrica de Nestlé en Villa Nueva atraviesa un complejo escenario laboral luego de que la empresa despidiera a 10 trabajadores de planta permanente sin previo aviso. A esta situación se suma la incertidumbre de otros 8 empleados, quienes aún aguardan definiciones sobre su continuidad laboral.
El conflicto se originó en marzo, cuando la compañía detuvo la producción por un sobre-stock de productos, lo que derivó en la imposición de «vacaciones forzadas» para sus trabajadores. Desde entonces, el Sindicato Internacional de Trabajadores de la Alimentación y el Comercio (STIA) inició gestiones para garantizar la estabilidad laboral, sin obtener respuestas concretas.
El gremio convocó a la empresa a audiencias en el Ministerio de Trabajo, donde sus representantes legales aseguraron que no habría despidos ni suspensiones. Sin embargo, las desvinculaciones ya se concretaron, afectando incluso a empleados con entre 5 y 30 años de antigüedad.
Desde STIA manifestaron su preocupación por el impacto que estas medidas tienen en la comunidad de Villa Nueva, donde la planta de Nestlé es una fuente de empleo clave. «Nos decían que no iba a haber ningún tipo de movimiento extraño, pero hoy nos encontramos con esta realidad», expresó el dirigente gremial Páez.
Mientras la empresa mantiene su postura sin ofrecer garantías sobre la continuidad de los puestos de trabajo restantes, los trabajadores y sus familias enfrentan un futuro incierto. La pérdida de estos empleos representa un golpe a la economía local y un desafío para la comunidad, que espera respuestas y soluciones concretas ante esta crisis laboral.