El investigador Charis Parramón Jurado logró materiales capaces de liberar fármacos de manera progresiva y protegerlos de la degradación. El avance podría mejorar los tratamientos y la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad, una de las principales causas de ceguera irreversible.

Un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) logró un avance científico que podría cambiar la forma en que se tratan los glaucomas. El doctor Charis David Parramón Jurado desarrolló hidrogeles que funcionan como vehículos para medicamentos oftálmicos, capaces de protegerlos de la degradación y liberarlos de manera controlada. En el futuro, estos materiales podrían transformarse en lentes de contacto terapéuticos que reemplacen las gotas tradicionales.

El glaucoma es una enfermedad ocular degenerativa que afecta al nervio óptico y puede causar ceguera irreversible. Suele pasar inadvertido durante largo tiempo, y su tratamiento busca reducir la presión intraocular para evitar daños mayores. Sin embargo, los fármacos que se utilizan pueden degradarse rápidamente al entrar en contacto con el ambiente oxidativo del ojo, lo que reduce su eficacia.

La investigación, realizada en el Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la UNRC, permitió identificar qué estructuras químicas hacen que algunos medicamentos sean más resistentes a esa degradación. “Logramos entender cómo se comportan los fármacos en un entorno oxidativo, y diseñar materiales capaces de protegerlos”, explicó Parramón Jurado, recientemente doctorado en Ciencias Químicas.

Los hidrogeles desarrollados son materiales blandos, transparentes y con alta capacidad de absorción de agua. Funcionan como una matriz protectora donde el fármaco queda encapsulado, lo que no solo evita su deterioro, sino que permite su liberación sostenida. Uno de los prototipos diseñados mostró una eficacia destacada en la protección del medicamento frente a especies oxidantes y en su liberación progresiva, abriendo la posibilidad de desarrollar lentes de contacto terapéuticos más cómodos y eficaces.

El trabajo, titulado “Degradación de fármacos oftálmicos en escenarios de estrés oxidativo”, se llevó a cabo bajo la dirección de la doctora Susana Criado y la codirección de la doctora Marcela Altamirano. Forma parte del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial y de la Salud (IDAS), una unidad ejecutora de doble dependencia entre la UNRC y el CONICET.

Además de los avances tecnológicos, la investigación aportó conocimientos clave sobre la seguridad y la estabilidad de los fármacos antiglaucomatosos, utilizados para reducir la presión intraocular. Según Parramón Jurado, los resultados permitirán diseñar moléculas más resistentes a la degradación y, por lo tanto, tratamientos más seguros para los pacientes.

Este trabajo también abrió nuevas perspectivas en el uso de hidrogeles para aplicaciones biomédicas. Actualmente, integrantes del mismo grupo de investigación exploran materiales a base de gelatina, biodegradables y con propiedades protectoras similares.

“Culminar esta etapa es un logro colectivo —destacó Parramón Jurado—. La ciencia requiere trabajo en equipo, perseverancia y el apoyo de instituciones como la universidad pública y el CONICET, que hacen posible desarrollos de este nivel desde el interior del país.”

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