Tiene 14 años y participó de un proyecto global para reducir la huella de carbono en su colegio. Luego viajó a Escocia para presentar la iniciativa en la COP26 y representó a los jóvenes de toda América del Sur. 

Aunque solo tiene 14 años, cinco menos que la activista ecológica más famosa del mundo -la sueca Greta Thunberg-, Sofía Montes de Oca se identifica con la cruzada en favor del planeta. Y logró concientizar a sus vecinos y familiares al punto tal que no es extraño que en los cumpleaños y encuentros se peleen por contarle que separan residuos o compraron una compostera.

De vacaciones en las Sierras de Córdoba, la estudiante de Pablo Nogués que en 2021 representó a la Argentina en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26) se preocupa por diferenciar los residuos orgánicos de los que pueden reciclarse, aunque para eso tenga que contar con la colaboración de su papá que debe recorrer una gran distancia para dejarlos en un contenedor especial.

“Siempre me interesó el medio ambiente y a mí mamá también”, cuenta la adolescente que estudia en The Global School, una escuela que promueve que sus alumnos interactúen con jóvenes de todo el mundo compartiendo sus experiencias agrupados en distintos proyectos.

El año pasado Sofía no dudó en sumarse a Descarbonize, un proyecto que apunta a crear conciencia y mitigar el cambio climático y en el que están alistados 35 mil chicos de 54 países de todos los continentes. A través de trabajo en clase y en su tiempo libre, debates en las aulas y a través de reuniones virtuales con sus pares de distintas ciudades del mundo,

La delegación de jóvenes en Glasgow

Sofía y sus compañeros idearon campañas y acciones destinadas a generar conciencia sobre la conservación del medio ambiente y la reducción de la huella de carbono. “Pensamos iniciativas que pudiésemos implementar en nuestra casa, en nuestro barrio y en el mismo colegio. Propusimos, por ejemplo, la reducción del telgopor, tratar de usarlo lo menos posible y en la comunidad proponer menor uso de bolsas de plástico y enseñarles a los más chicos a cuidar el planeta ya que pueden ser promotores en sus casas y sus familias. Después compartíamos experiencias con otros chicos que por ahí estaban en realidades muy diferentes. De hecho nos tocó con alumnos de Kenia”.

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