La Fundación Mediterránea emitió una advertencia preocupante sobre el futuro del turismo en Córdoba, anticipando una posible caída significativa en la próxima temporada debido a tres factores clave: el atraso cambiario, la devaluación del real brasileño y la recesión que ha vuelto a manifestarse en varios indicadores de la actividad económica.
Según el informe de la Fundación, el sector turístico, uno de los motores económicos de Córdoba, está enfrentando serias dificultades. Entre las principales preocupaciones, señalan la pérdida de puestos de trabajo, con una disminución acumulada del 2,2% desde diciembre pasado. Este descenso en el empleo es especialmente grave considerando que el turismo genera aproximadamente el 7% del empleo privado registrado en el país. En Córdoba, entre diciembre y junio, se han perdido 15.000 puestos de trabajo formales en todos los sectores, lo que refleja una caída del 1,8% en un año.
Otro dato alarmante es la disminución del interés en el turismo interno, reflejado en las búsquedas en internet. Mientras que las búsquedas relacionadas con turismo emisivo (viajes al extranjero) crecieron un 54% interanual en septiembre, las búsquedas de turismo interno cayeron un 15%. Esto sugiere que cada vez más personas están optando por viajar al exterior, en detrimento del turismo local.
Por otro lado, las expectativas sobre la llegada de turistas extranjeros también son bajas. La Fundación Mediterránea estima que el turismo emisivo demandará unos 7.500 millones de dólares, mientras que los ingresos por turismo receptivo se situarán en torno a los 4.800 millones, generando un déficit de 2.700 millones de dólares. Este desequilibrio afecta negativamente el balance de pagos del país y complica los esfuerzos del Gobierno por mejorar las reservas del Banco Central.
La competitividad cambiaria también juega un papel crucial en esta situación. Cuando el tipo de cambio es desfavorable para el turismo interno, la relación entre residentes que viajan al exterior y turistas extranjeros que visitan el país puede llegar a ser de 2 a 1. Aunque la situación actual aún no ha alcanzado ese nivel de desbalance, la tendencia es clara: mes a mes, el deterioro se hace más evidente.
En este contexto, la Fundación Mediterránea destaca que la falta de competitividad cambiaria podría ser compensada con reducciones de costos a través de reformas regulatorias o impositivas que permitan mejorar la situación de la cadena de valor turística. Sin embargo, el panorama general sigue siendo preocupante, con una recesión que afecta a varios sectores productivos. En agosto, por ejemplo, la actividad económica cayó un 0,6% en comparación con junio y un 5,6% interanual. Las manufacturas retrocedieron un 1,3% en un mes, el comercio cayó un 1,6% en relación a julio y la construcción, que había mostrado una recuperación en junio y julio, volvió a desplomarse un 4,3%.
En definitiva, si no se toman medidas para mejorar la competitividad, el turismo en Córdoba podría enfrentar una temporada muy complicada, con consecuencias negativas para el empleo y la economía en general.