Nueve mujeres se unieron para formar una cooperativa y desde Río Cuarto ofrecen productos realizados con telas amigables con el ambiente.
Allá lejos y hace tiempo, fueron un hotel. Hoy, los altos de una antigua casona en el centro de la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, son el taller de la cooperativa de trabajo Artextil Magenta. En ese espacio, pintado del color de su nombre, rodeadas de máquinas de coser, telas y bobinas de hilos multicolores, Natalia Reynero, presidenta, y Natalia Pedernera, tesorera, cuentan la historia de la entidad.
Las jóvenes trabajadoras textiles llevan adelante un proyecto laboral sustentable en donde todos sus productos son de algodón orgánico y materiales que reducen el daño ambiental. «Elegimos el color magenta como nombre y en estas paredes que nos rodean a diario porque dentro de la escala cromática es el que otorga inspiración y luz», contó Reynero, quien muestra el taller y explica que el edificio es alquilado por varios emprendedores y artistas que conviven solidariamente.
Esta cooperativa nació en 2008 a partir de una inquietud personal de Reynero, quien es bióloga. «Estaba gestando –relata– y quise salir del consumo habitual de pañales descartables, que se convierten en residuos patógenos llenos de dioxina». Así nació Ecoplumas, el nombre de su proyecto productivo con «insumos coherentes» dice, confeccionados con tela cruda de un algodón orgánico provisto por cooperativas de campesinos del norte del país.
«Empecé a crear una línea de lo que llamé «combo familiar gestante» compuesto por pañales, protectores mamarios, paños menstruales, cambiadores y bolsos; todo con productos naturales agroecológicos y tela cruda textilada reutilizable. Vendía en ferias de las Sierras Chicas cordobesas donde vivía y recibía pedidos de muchas partes del país», relató.
La emprendedora y cooperativista contó que al mudarse a Río Cuarto, siguió vinculada a quienes también estaban fabricando en esta línea textil reutilizable: «Al llegar a esta ciudad me conecté con Florencia Mazzeti, actual secretaria de esta cooperativa y educadora en nivel inicial, quien elaboraba juguetes para bebés y niños. Con ella el aprendizaje fue mutuo en las ferias populares bajo precio justo y así fuimos sumando a otras mujeres, casi todas sostén de familia. Empezamos a armar una trama bajo el paradigma de las economías vinculadas al Buen Vivir».
Cosiendo vínculos, generando oportunidades
Natalia Pedernera contó que cuando estudiaba en un CENMA (Centro Educativo Nivel Medio Adultos) tuvo como profesora de biología y química a Natalia Reynero. Aseguró que fue ella quien la introdujo al mundo de la economía solidaria. A partir de sus conceptos empezó a dar sus primeros pasos en este camino de los emprendimientos comunitarios y asociativos.
En este marco, relató que dentro de los proyectos escolares realiaron muchos emprendimientos como yerbas saborizadas, jabones y varios más. «Vendíamos todo lo que hacíamos, eso me generó entusiasmo, me di cuenta de que la educación y la solidaridad abren puertas», agregó.
Como le gustaba la costura, aprendió a coser y transformó su garaje en un taller al que se fueron sumando compañeras costureras y la idea de una cooperativa empezó a tomar forma. En el 2017 comenzaron a estudiar los principios cooperativos, estatutos e iniciaron líneas productivas de trabajo que contemplaban toda la cadena del proceso textil.
Hoy, las nueve integrantes de Magenta producen y comercializan lencería absorbente para mujer (paños diarios, menstruales, discos mamarios) mochilas, bolsos, juguetes, accesorios textiles para empresas, banderas, ropa ceremonial y también dictan talleres de capacitación.
La matrícula les llegó en el 2020 y con ella los vínculos con otros espacios cooperativos que las sumaron a grandes eventos donde pudieron mostrar sus productos, como el de la Red Ampliada de Comercio Justo del Litoral en el Pre Foro de Economía Social de Rosario y la Feria Internacional del Cooperativismo en Santa María, Brasil.
Destacó que al convertirse en cooperativa «nos dimos cuenta de que sin el tejido cooperativo no existiríamos y que es muy difícil mantener la grupalidad sin la presencia y el reconocimiento del Estado» y agregó que, al formar parte de la Federación de Cooperativas de Trabajo Federadas del Sur de Córdoba, les llegaron máquinas en comodato y están gestionando trabajos junto a otras cooperativas de esa federación.
Finalmente, en el 2022 Artextil Magenta tuvo el apoyo económico de la Secretaría de Empleo de la Nación y, recientemente, recibieron un microcrédito del Primer Fortalecimiento de Asistencia Crediticia de la Municipalidad de Córdoba, ejecutado a través del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Además, recibe el apoyo de la filial de Río Cuarto del Banco Credicoop.
Nota con información de Revista Accion


