El Tribunal de Río Cuarto encontró culpable al camionero Rodrigo Espíndola por el transfemicidio de Sofía Bravo, una joven trans y activista de 26 años. La condena a perpetua fue dictada tras un juicio con jurados populares y pruebas determinantes. Sofía había desaparecido en enero de 2023, y su cuerpo fue hallado ocho días después en un descampado cerca de La Carlota.
Rodrigo Nicolás Espíndola, un camionero de 24 años, fue condenado a prisión perpetua por el transfemicidio de Sofía Bravo, joven trans y activista por los derechos LGBTIQ+, en la ciudad de La Carlota. El Tribunal de Río Cuarto dictó la sentencia luego de un juicio en el que se presentaron contundentes pruebas que señalaban a Espíndola como responsable del crimen. Desde enero de 2023, el condenado se encontraba detenido en el penal de Bouwer tras ser identificado como el principal sospechoso.
Sofía Bravo había desaparecido el viernes 6 de enero de 2023 tras comunicarse con su madre y acordar un encuentro en Marcos Juárez. Al notar su ausencia, la familia radicó la denuncia, y su búsqueda movilizó a toda la comunidad. Su cuerpo fue hallado el sábado 14 de enero en un baldío cercano al cruce de las rutas 4 y 8, en las afueras de La Carlota, después de intensos rastrillajes.
Durante el juicio, el abogado querellante, Pablo de María, explicó a Cadena 3 que tanto él como la fiscalía, representada por Emilio Andruet, Carlos González Castellano y Pablo Bianchi, solicitaron que el crimen se calificara como homicidio doblemente agravado por violencia de género y por odio de género, figura estipulada en el artículo 80, inciso 4 del Código Penal. Sin embargo, el tribunal técnico determinó que el caso correspondía a un homicidio calificado únicamente por violencia de género, aunque el jurado popular declaró de manera unánime a Espíndola culpable.
El juicio incluyó pruebas fundamentales, como un registro de cámaras de seguridad en el que se observa a Sofía subiendo a un camión Iveco blanco conducido por Espíndola. Según se demostró, el vehículo permaneció estacionado en las cercanías de una rotonda en La Carlota por más de dos horas antes de retirarse con las luces apagadas. Espíndola había tenido un encuentro sexual con Sofía y, aprovechándose de su vulnerabilidad, perpetró el crimen.
La madre de Sofía, Silvana Bravo, expresó su dolor y frustración en la sala al dirigirse a Espíndola tras conocer la sentencia: «No te olvides de mi cara y de la cara de Sofía, que Dios te perdone». A su vez, le pidió a la sociedad: «No marginen más a las personas trans. ¿Por qué tanta discriminación?».
La condena a Rodrigo Espíndola marca un hito en la justicia de género en el sur de Córdoba, destacando el reclamo de justicia y seguridad de las comunidades trans y LGBTIQ+. A pesar de que la calificación solicitada no fue concedida en su totalidad, el fallo representa un avance en el tratamiento judicial de los crímenes de odio y la violencia hacia personas trans. Los abogados defensores anunciaron que apelarán la sentencia, cuyos fundamentos se darán a conocer el 25 de noviembre.


