El piloto argentino vivió una de sus peores carreras del año en un Gran Premio marcado por incidentes y sanciones. Un golpe en la primera curva lo dejó sin carga aerodinámica y condicionó totalmente su rendimiento.

La noche de Las Vegas terminó siendo un suplicio para Franco Colapinto. Aunque cruzó la meta y completó el total de las vueltas, el argentino jamás tuvo ritmo competitivo después de un toque en la largada que arruinó la aerodinámica de su Alpine.

El incidente ocurrió en la primera curva, cuando Alexander Albon entró pasado y golpeó desde atrás al A525. El impacto dañó el difusor y obligó al bonaerense a manejar durante 50 vueltas con una pérdida evidente de carga aerodinámica, un factor determinante en un circuito con muy poca adherencia debido al asfalto callejero y a la baja temperatura.

Desde entonces, todo fue cuesta arriba: Colapinto rodó más lento que el pelotón, su única detención en boxes volvió a mostrar las falencias del equipo —con una parada de cuatro segundos que no ayudó al panorama— y nunca pudo acercarse a la zona de puntos.

Cruzó la meta en el puesto 17°, pero terminó 15º debido a la descalificación de los dos autos McLarenpor no cumplir con la medida mínima del bloque de deslizamiento, una pieza clave para el control del efecto suelo. Para el argentino, esa posición representa más un avance estadístico por abandonos y sanciones que una mejora real.

Ni siquiera el rendimiento del otro Alpine permitió consuelo. Pierre Gasly también quedó involucrado en un incidente apenas iniciada la carrera y finalizó apenas dos puestos por delante, sin pelear por nada relevante.

Para Colapinto, la cita en Las Vegas dejó una frustración evidente: completó la distancia, pero sin herramientas para ser competitivo. Ahora, el objetivo será recomponer sensaciones de cara a Qatar, donde buscará dejar atrás una de las jornadas más difíciles desde su llegada a la Fórmula 1.

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